ABORDAJE PSICOLÓGICO DE LA ENFERMEDAD PSICOSOMÁTICA
Contenido
- enfermedad psicosomática. 1
- Muchas Enfermedades físicas tienen un origen emocional y psicológico. 1
- El dolor crónico. 3
- El TRATAMIENTO PSICOLÓGICO MÁS COMPLETO DEL DOLOR CRÓNICO.. 3
- La regulación del dolor. 3
- La aceptación del dolor. 4
- psicodermatología. 6
- Enfermedades psicodermatológicas. 7
- Afecciones dermatológicas modificadas por el estrés y con posible rebrote psicosomático. 10
- Vitílogo. 12
- enfermedad de la piel, a la que no le afecta el estado psíquico, pero si influye en el bienestar emocional 12
- fibromialgia. 22
- INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN PERSONAS CON FIBROMIALGIA. 22
- hábitos alimentarios. 42
enfermedad psicosomática
Las enfermedades psicosomáticas: enfermedades invisibles. La relación de la mente sobre el cuerpo es bien clara. Del mismo modo que las enfermedades físicas influyen en nuestro estado de ánimo y nos provocan temor, miedo o preocupación, muchos problemas psicológicos provocan síntomas físicos.
Muchas Enfermedades físicas tienen un origen emocional y psicológico.
La Descodificación Psicobiológica o Psicosomática Clínica es una nueva aproximación a la salud donde se trabaja con todos los síntomas y Enfermedades, tanto físicos como psíquicos.
La Descodificación Biológica comprende que hay una correlación entre el estrés por la manera de vivir una situación determinada con la aparición de un síntoma o enfermedad en nuestro organismo.
La Descodificación Biológica utiliza el camino directo de las emociones para descubrir los conflictos biológicos. La base está en comprender que siempre antes de la aparición de un síntoma o un malestar, la persona ha vivido un conflicto biológico (o bioshock) con una gran carga de estrés. Éste conflicto se define como una situación vivida en soledad, de manera inesperada, dramática, sin solución y sin expresión.
Es el arte de ayudar a la persona a encontrar la emoción oculta, descodificar su mensaje y así favorecer la curación al liberar la emoción que hay inconsciente y trascenderla, transformándola, expresándola o completando la necesidad pendiente
Objetivos:
Descubrir qué hay detrás de cada síntoma o enfermedad, comprender el impacto emocional que lo ha activado.
Buscar la función biológica no satisfecha creada por el resentir atrapado, la creencia limitante, conflictos.
Comprender el sentido biológico de la enfermedad.
Encontrar la función de la respuesta que ha tenido el organismo para satisfacer esa necesidad emocional no expresada.
Decir con palabras lo que nuestro cuerpo está expresando por medio de un síntoma, una enfermedad o un trastorno de comportamiento.
Resolver el conflicto para recobrar el equilibrio, la salud y remediar la enfermedad instaurada en el cuerpo.
Integración bio-psico-social para la intervención en:
- Dinámica del proceso de enfermar: somatización, emigración, sustitución, psicotización.
- Criterios para la valoración de psicogénesis de una enfermedad.
- Psicobiología del estrés: de la emoción a la lesión.
- Conflicto psíquico, estrés y Sistema Inmunitario.
- Expresión y represión social de las emociones. El síndrome “alexitimia”.
- Evaluación y tratamiento de las Enfermedades de la piel. Psicodermatosis.
- Ídem de las Enfermedades cardiovasculares: Patrón de Conducta tipo A.
- Hipertensión arterial.
- Enfermedades respiratorias: Intervención en asma bronquial.
- Enfermedades del aparato digestivo.
- Ginecología y obstetricia.
- Patrón de conducta tipo C.
- Terapia coadyuvante en oncología.
- Enfermedades crónicas: diabetes, hemodiálisis.
- El paciente terminal.
- Enfermedades del aparato locomotor: Fibromialgia.
- Síndrome de Fatiga Crónica.
- Dolor crónico.
- Enfermedades quirúrgicas. Psicoprofilaxis.
- Trastornos del sistema inmunitario: SIDA.
- Comportamiento alimentario: Obesidades. Sobreingesta compulsiva.
- Ídem de los trastornos del sueño: Apnea del sueño y alteraciones del comportamiento.
El dolor crónico
psicodermatología
Letellier (s.f) describe a los trastornos psicodermatológicos como una condición patológica que involucra una interacción entre la mente y la piel. produciendo comorbilidad psiquiátrica ya que un paciente con enfermedad crónica, con afectación de piel y/o el tipo de tratamiento requerido pueden provocar síntomas de desajuste emocional con la suficiente intensidad como para incidir en su calidad de vida., a su vez,la situación emocional influye a modo de retroalimentación sobre la evolución de la enfermedad o viceversa.
Enfermedades psicodermatológicas
Síndromes psiquiátricos con expresión dermatológica
- Patomimias
Se define como aquella patología dermatológica con lesiones provocadas por el propio paciente en estado consciente o bien disociativo. Los métodos empleados son tan variados que no hace falta mencionarlos. El paciente se enfrenta a varios estresores de la vida diaria que a menudo actúan como desencadenantes de esta patología, concretamente se han descrito entre el 19 y el 33% de los pacientes.
- Alopecia neuromecánica -tricotilomanía
Es un trastorno propio de la infancia, con predominio del sexo femenino (relación de 1 a 5). Es la única patología del grupo de las dermatosis impulsivas reconocida al DSM-IV y se caracteriza por el hábito de arrancarse el pelo. Normalmente se trata del cabello del cuero piloso pero también puede afectar las cejas, las pestañas y el vello del pubis. Son placas alopécicas con bordes irregulares, normalmente únicas, grandes y con pelos de diferentes medidas que se notan a la palapción suave. No está muy claro cuales son las condiciones específicas causantes de esta respuesta inadaptada a acontecimientos o situaciones que comportan presión. El pronóstico de este trastorno es favorable si sabemos reconducir junto con los padres y su entorno la conducta del niño.
- Dismorfofobias
El trastorno dismorfofóbico corporal consiste en la preocupación por un defecto físico imaginario . Es un trastorno frecuente en consultas de dermatología estética y a menudo puede representar más del 25% de estas visitas. La comorbididad más habitual es la depresión mayor. Con respecto a la evolución y el tratamiento son muy difíciles tanto por la cirugía plástica, como por el tratamiento dermatológico y/o psiquiátrico.
- Disestesia pseudoparasitaria
Es un trastorno en el que los pacientes tienen la creencia de estar infectados de parásitos cutáneos, pero las pruebas objetivas no confirman este pensamiento. No se dispone de datos fiables referentes a su incidencia. Es frecuente su asociación a varios trastornos físicos como diabetes, insuficiencia renal, hepatitis, déficit de vitamina B12, esclerosis múltiple o lepra. El síntoma principal es la sensación de tener bichos paseándose por la piel. El prurito es intenso y a menudo los pacientes desarrollan insomnio crónico.
Afecciones cutáneas con una elevada incidencia de factores psicoemocionales
- Excoriaciones
El paciente con excoriación se siente impulsado a rascar su piel de manera compulsiva y perpetuar un círculo «prurito-rascado». Su personalidad es característica: son perfeccionistas y pueden presentar comorbididatd psicopatológica con un trastorno obsesivo-compulsivo o bien un trastorno del impulso. Las lesiones se observan en zonas donde los pacientes pueden llegar con facilidad. La actividad acontece normalmente al atardecer o cuando el paciente está inadvertido. El fracaso por no poder controlar la actividad disminuye más su autoestima. Brocq el 1898 describió “l’acne excorieé de jeunes filles”, donde las jóvenes adolescentes arañan y manipulan las lesiones de acné. Es una forma muy frecuente en chicas con labilidad psicovegetativa. El prurito es intenso y la patología puede durar muchos años. El tratamiento sintomático resuelve finalmente el cuadro.
- Líquen símplex (neurodermatitis)
El diagnóstico clínico se basa en tres estructuras típicas: liquenificación a la parte central de la placa, pápulas de color rojo-gris alrededor e hiperpigmentación periférica en todo el entorno a la placa. La liquenificación es una respuesta especial como consecuencia de un rascado continuado en personas con prurito severo. Este rascado es una reacción conductual común al estrés. Es la patología dermatológica más relacionada con la ansiedad. Son pacientes con un perfil obsesivo-compulsivo que obtienen gratificación con el rascado. La cura oclusiva durante pocos días con corticoides de alta potencia resuelve muy favorablemente esta patología.
- Vulvodinias
La vulvodinia fue definida inicialmente como una molestia vulvar crónica, caracterizada por la sensación de ardor, dolor, punzadas y/o irritación. Actualmente el término vulvodinia es aplicado a aquellas pacientes que sufren dolor o ardor de forma crónica durante 3 meses como mínimo, y que no tienen ninguna lesión visible que explique estos síntomas. Se han observado dos tipos de vulvodinia: la Disestésica, que afecta a mujeres de edad adelantada y los síntomas se localizan en el introito vaginal extendiéndose, a veces, hacia los labios mayores y menores, y también hacia la zona anal; y la Vestibulitis Vulvar, que afecta a mujeres jóvenes y se caracteriza por la dispareunia, el aumento de la sensibilidad vulvar y envejecimiento de la zona. En la unidad de Psicodermatología hemos llevado a cabo un estudio con 160 pacientes diagnosticadas de vulvodinia, evaluando las características clínicas y los aspectos psicopatológicos asociados a esta enfermedad, así como la respuesta al tratamiento antidepresivo con resolución de sintomatología de más del 75% de las pacientes.
- Glosodinias
El paciente refiere sensación de ardor, inflamación, hormigueo a la legua y/o dificultad por tragar. Puede haber afectación de toda la mucosa jugal. Esta sintomatología puede aparecer después de una manipulación bucal con diferentes tipos de anestésicos y metales. Se debe considerar la alergia por contacto a estos diferentes metales. Aun así, debemos descartar una hiperglucemia, la enfermedad de Sjögren y el déficit de Vit B12 y de ácido fólico. Asimismo suele asociarse a trastornos psicológicos y psíquicos, siendo los más frecuentes la ansiedad, la depresión y la cancerofobia.
- Prurito psicógeno
Es fundamental que a todos los pacientes afectos de prurito les descartemos cualquier causa orgánica antes de poner la etiqueta de «psicógeno». También la biopsia puede ser útil, y aunque sea sugestiva de etiología no orgánica no se puede descartar esta premisa. De todos modos, todas las formas de prurito pueden ser modificadas por el estrés emocional. Es importante hidratar muy bien la piel e intentar no utilizar corticoides tópicos. Los antihistamínicos y los antidepresivos han sido los tratamientos utilizados tradicionalmente puesto que mejoran mucho la sintomatología.
Afecciones dermatológicas modificadas por el estrés y con posible rebrote psicosomático
Muchos de los trastornos dermatológicos pueden empeorar en contextos de estrés psicosocial. Además, los factores psiquiátricos también pueden incrementar el nivel de estrés que percibe el paciente. Debido al impacto que genera la afectación dermatológica sobre la calidad de vida del paciente, resulta importante tener en cuenta los factores psicosociales.
- Psoriasis
La psoriasis es una de las dermopatías más reactivas al estrés. La clasificación de la gravedad de esta patología correlaciona directamente con los niveles de depresión, estrés y ansiedad. El síntoma específico de la psoriasis que se relaciona de manera directa con la depresión es el prurito. La patología psicológica subyacente puede incrementar la morbilidad dermatológica de la psoriasis. Del mismo modo, hay características de personalidad que también pueden relacionarse con una aparición precoz de la psoriasis, y a la vez aumentar la reactividad ante el estrés.
Delante de estos datos, el Servicio de Dermatología y de Psiquiatría del Hospital del Mar, inició un proyecto de investigación para aprofundir en la influencia que tienen las variables psíquicas en la evolución de la psoriasis. Desde julio de 2005 y hasta la actualidad, hemos realizado un estudio con el objetivo de conocer el papel de los síntomas psicológicos (ansiedad, depresión y estrés) en los pacientes psoriáticos, así como también, para recoger el impacto que genera la enfermedad en la calidad de vida de los sujetos.
- Dermatitis seborreica
Generalmente, los brotes se desencadenan ante acontecimientos puntuales de la vida de los sujetos que son fuente de ansiedad o estrés (por ejemplo, antes de un examen final, en un divorcio, durante enfermedades de un familiar…).
- Dermatitis atópica
Las sustancias irritantes, el clima, la piel deshidratada, el sudor, las infecciones por estafilococo y el contacto con la lana son factores que, del mismo modo que el prurito, contribuyen a empeorar la dermatitis atópica. Se aceptan la influencia de las variables psicológicas en el incremento de la gravedad de este trastorno y en su cronicidad. El círculo vicioso prurito-rascado inquieta el niño y altera la familia, creando de esta manera conflictos relacionales. En referencia a la dermatitis atópica, el estrés también se ha asociado a su desarrollo en un 70% de los casos. El estrés vinculado a la enfermedad y a la familia y las relaciones interpersonales configuran importantes predictores de la gravedad de los síntomas.
- Alopecia areata
A pesar de la importancia etiológica de una predisposición genética y/o determinados factores autoinmunes asociados, no podemos olvidar el papel de las variables emocionales en el desarrollo de la alopecia areata. Actualmente es evidente la relación del estrés y la patología autoinmune. Por otra parte, en un estudio de pacientes con alopecia areata, en torno al 20% experimentaban más estrés antes del desarrollo y/o exacerbación de la enfermedad, aunque los resultados no fueron significativos. La incidencia de patologías psiquiátricas entre los pacientes de alopècia areata se sitúa entre el 33 y el 93%.
- Acné
Hay varios factores que favorecen la formación del acné. Los factores hormonales son decisivos en la aparición del acné pero la ansiedad y el enojo son factores destacables; aún así, a través del tratamiento contra el acneé se ha observado una mejora general del sido mental de los pacientes. El acné presenta más relevancia en los pacientes con trastorno dismórfico.
Se ha encontrado que los pacientes dermatológicos tienen una alta prevalencia de desórdenes psiquiátricos, con un 30% -40%,y cuyos procesos cutáneos tienen asociado un componente psicológico o psiquiátrico .Los pacientes generalmente experimentan exacerbación de las Enfermedades cutáneas cuando se estresan, estos presentan síntomas psiquiátricos en dermatología, cuando se origina una comorbilidad presentado como desórdenes psiquiátricos tales como la ansiedad mayor, depresión severa, abuso de sustancias o desórdenes dismórficos corporales. Las más comunes son la ansiedad y la depresión que pueden ser secundarias a Enfermedades crónicas como acné, eccema o psoriasis (Sambhi & Lepping, 2009).
Efecto emocional grave que puede aparecer en los pacientes dermatológicos: Dismorfofobia
La dismorfofobia es el nombre de lo que se conoce como trastorno dismórfico corporal –TDC-; encuadrado dentro de los trastornos somatomorfos, literalmente es la fobia o rechazo exagerado hacia una parte del propio cuerpo.
Este trastorno, también conocido como dismorfofobia, suele comenzar en la adolescencia y consiste en la preocupación obsesiva y por ende magnificada por una característica física interpretada como defecto físico, real o supuesta y/o que o indetectable o relativizada para los demás. Las preocupaciones más comunes suelen referirse a los ojos, nariz, pelo, orejas, piel, labios, arrugas, cicatrices, palidez o enrojecimiento, asimetría facial, vello excesivo… aunque también puede abarcar varias partes del cuerpo. Por ende, afecta a su autoconcepto.
Vitíligo
enfermedad de la piel, a la que no le afecta el estado psíquico, pero si influye en el bienestar emocional
Análisis del autoconcepto del paciente con vitíligo que acude al servicio de Dermatología.
Por Minia Miramontes et als.
Resumen
Introducción: Las condiciones psiquiátricas en el paciente con vitíligo se asocian a una mala adherencia terapéutica. Desórdenes psicológicos son desencadenados por alteración de procesos intervinientes en la conciencia física y social, al no corresponderse con el ideal corporal y reconocimiento por parte de los demás.
Objetivos: Analizar el autoconcepto físico y social en sujetos con vitíligo en relación al grupo control.
Material y métodos: Estudio transversal cualitativo-descriptivo y relacional en 80 sujetos, 40 con vitíligo-40 grupo control, entre 18-75 años, con prevalencia de formación universitaria. Recogida de datos: entrevista demográfica y cuestionarios AF5 (autoconcepto) DAS (personalidad)) CDR-L (dismorfofobia en pacientes con leucoderma). Estadístico ANOVA para relaciones y SQL para coincidencias.
Resultados: El paciente con vitíligo presenta los autoconceptos físico (p=0.08 <0.05), social (p=.045), familiar (p=.046) alterados sin relación con edad ni lugar de la mancha. En relación al exogrupo tienen peor auto-imagen (p= .000), sin diferenciarse emocionalmente. Por género, las mujeres con vitíligo tienen peor autoconcepto físico y social y los hombres peor implicación familiar y conducta prosocial. Un 95% presenta rasgos dismórficos (p=0.00). El 5% tiene un trastorno dismórfico corporal.
Conclusiones: El vitíligo distorsiona y menoscaba la autovaloración física y afecta a competencias de interrelación y noción de ser social. No encontramos diferencias con la población general en estabilidad, equilibrio e implicación en la vida cotidiana, lo que puede deberse a las características de la muestra de ser sujetos motivados en la búsqueda de soluciones médicas a sus problemas de piel.
Palabras clave: Vitíligo; Autoconcepto; Dismorfofobia.
Analysis of the self-concept in vitiligo patients who attends the dermatology service.
Abstract
Introduction: The psychiatric conditions in the patient with vitiligo are associated with poor therapeutic adherence. Psychological disorders are triggered by the alteration of the processes involved in the physical and social consciousness as it does not correspond to the body ideal and the recognition expected by others.
Objective: To check how physical and social self-concept is presented in subjects with vitiligo in relation to the control group.
Material and methods: Qualitative-descriptive and relational cross-sectional study in 80 subjects, 40 with vitiligo-40 without dermatosis, between 18-75 years, 48.8% men vs 51.3% women, prevalent in graduate education. Data collection: demographic interview and questionnaires AF5 (self-concept) DAS (personality)) CDR-L (dysmorphophobia in a patient with leucoderma). Statistical ANOVA for relations and SQL for coincidences.
Results: Vitiligo patients presents physical (p=0.08 <0.05), social (p=.045), and family (p=.046) self-concept altered, without relation to the age or place of the stain. In relation to the external group they have worse self-image (p = .000). There is no emotional difference between groups. By gender, women with vitiligo have worse physical and social self-concept and men have worse family involvement and prosocial behavior. 95% has dysmorphic features (p = 0.00). 5% has Body Dysmorphic Disorder criteria.
Conclusions: Vitiligo distorts and impairs the correct physical self-assessment and affects skills of interrelation and notion as social being. No differences were found when compared with the control group for stability, balance and involvement in daily life may be due to the characteristics of the sample; this may be due to the sample characteristics constituted by motivated subjects to the search of medical solutions to their skin problems.
Keywords: Vitiligo; Self-concept; Dysmorphhophobia.
Análisis del autoconcepto físico y social del paciente con vitíligo que acude al servicio de Dermatología
Introducción: El autoconcepto es un constructo relevante de la personalidad, de definición imprecisa, destaca su papel en la autoimagen, interrelación social y el ajuste emocional del individuo; de carácter dimensional y dinámico se desarrolla a través de procesos psicológicos básicos de percepción, memoria y posterior construcción de la autoconciencia social lo largo de la existencia con variaciones constantes dependientes de estímulos biopsicosociales.
La presencia de una afectación de la piel como el vitíligo, puede alterarlo y provocar respuestas que van desde la insatisfacción momentánea con la autoimagen corporal hasta una disfunción cognitiva sistemática de la propia apariencia física condicionando e interfiriendo en la calidad de vida del sujeto.
Desde de la psicología aplicada, es conocido el predominio de las condiciones psiquiátricas y psicológicas en el paciente dermatológico, especialmente con lesiones en zonas de piel expuestas. Este tipo de desórdenes psiquiátricos desencadenados por la imagen social, provienen de la alteración de los mecanismos neurobiológicos de los procesos mentales –cognitivos- que intervienen en la cognición social (autoconciencia, empatía, intencionalidad, imitación, etc.) (Easton y Emery 2005).
Autores como Jeannerod (2002-6) relacionan la existencia de regiones cerebrales visuales especializadas para percibir caras y cuerpos, por la importancia en la conducta humana la distinción del otro, con el reconocimiento y entendimiento de nosotros mismos y de los demás. La expresión facial es clave en la interacción social. Susskind et al (2008) concluyen que las expresiones faciales funcionan como señales moduladoras de emociones, alterando la predisposición del individuo para la percibir, comprender e interacción con el mundo
Los modelos explicativos subrayan la importancia del autoconcepto en la aparición de las disfunciones emocionales. Un estudio sobre síndromes psiquiátricos en dermatología, encuentra que la autoestima de una persona que presenta dermatosis crónica se deteriora de forma intensa, influyendo factores como el temor a infecciones, repulsión, la manifestación en jóvenes y mediana edad, sexo, y estratos socio-culturales; llegando a interferir en la interacción social y/o el contacto físico cuando se altera la estabilidad de la imagen corporal, y puede determinar trastornos fóbicos de evitación de la conducta social.
El cognitivismo encuentra que los mecanismos provocados por reglas inapropiadas de dependencia a objetivos irreales o rígidos constituyen una predisposición a la disfunción, por la vulnerabilidad que provocan en la autovaloración. Estas reglas suelen referirse a una excesiva necesidad de aprobación del otro, exagerada búsqueda de logros o rendimientos para valorarse a uno mismo positivamente, que se corresponden con el rasgo de perfeccionismo de la personalidad. (Blatt et al, 1998).
En este estudio analizamos cómo influye la presencia del leucoderma en la alteración de los procesos cognitivos de percepción personal y social; diseñamos una metáfora conceptual como argumentación teórica, similar a la propuesta por Niedenthal, et al (2009) que estudian expresiones emocionales en relación al correlato físico –embodiment. Para ello, equiparamos la experiencia emocional de la mácula con la emoción básica de rechazo inducida por la influencia del feedback facial en la cognición del individuo con leucoderma al observarse y ser observado, ya que en su dimensión descriptiva se establecimos una similitud con el autoconcepto físico y social.
En la práctica clínica dermatológica se encuentra que entre un 30%-40% de los usuarios tienen desórdenes psiquiátricos. Si bien, los pacientes generalmente experimentan exacerbación de las Enfermedades cutáneas cuando presentan síntomas psiquiátricos (Sambhi, Lepping, 2009), en el caso de vitíligo, el trastorno psiquiátrico es secundario y es la propia enfermedad dermatológica la que desencadena la repercusión psicológica en 3 de cada 4 afectados por la alteración estética de la piel provocándoles dificultades en relaciones sociales y ansiedad por la incertidumbre sobre la evolución y tratamiento del leucoderma.
En un grado severo, el efecto negativo emocional puede derivar en un sesgo atencional por la focalización de la atención en las zonas de la piel afectadas que favorece la aparición de la dismorfofobia.
La dismorfofobia consiste en una preocupación persistente, sobrevalorada y magnificada por una característica física interpretada como defecto físico, real o supuesto, y/o indetectable o relativizado para los demás, conllevando conductas repetitivas centradas en el defecto auto- percibido que condiciona el normal desarrollo de las actividades de la vida diaria diagnosticado como Trastorno Dismórfico Corporal -300.7 (F45.22)- (DSM-V)- calificado dentro de los trastornos obsesivo-compulsivos.
La presencia de esta psicopatología ocasiona en los casos más graves problemas serios de socialización, sobre todo laborales y en algunos casos pueden llegar al suicidio (Misticone, 2010).
El objetivo de este estudio es analizar cómo se presenta el autoconcepto en los sujetos con vitíligo en relación a la población general. Para dar respuesta a la incógnita, cómo objetivos específicos buscamos la manifestación del autoconcepto en el grupo con la dermatosis, su relación con la edad, lugar donde se presenta la mácula, la prevalencia del perfeccionismo y su afectación en el autoconcepto. Seguidamente analizamos la influencia del leucoderma en el autoconcepto en a un grupo control; su relación con el género y dismorfofobia.
.Material y Métodos
Estudio de diseño transversal cualitativo-descriptivo y relacional no experimental en 80 sujetos (40 pacientes con vitíligo versus 40 control) entre 18-75 años. La población con dermatosis fue captada del Instituto Dermatológico y Cirugía de la Piel Dr. Huberto Bogaert Diaz, sito en Sto. Domingo. El grupo control es tomado aleatoriamente de la población general con los criterios de inclusión de personas que no sufran de ningún trastorno dermatológico.
Sin diferencias significativas por sexo (masculino 48,8% vs femenino 51,3%), prevalencia de estudios universitarios. La frecuencia del estado civil fue de soltero/divorciado.
La recolección de datos se realiza a través de un cuestionario demográfico que incluye los datos personales y el consentimiento informado de los sujetos seguido de la aplicación de las pruebas siguientes:
Escala de Actitudes Disfuncionales (DAS) de Weisman y Beck. Evalúa las distorsiones cognitivas. (consistencia interna entre .79/.92 en la versión española de 40 ítems). Mide 6 valores bifactorialmente. Tomamos para nuestros intereses los ítems referidos al factor perfeccionismo-logro.
Cuestionario de Autoconcepto Forma 5 (AF-5). Compuesto por 30 elementos que evalúan el autoconcepto pentafactorialmente. Las cinco dimensiones obtenidas informan sobre el autoconcepto social, académico-profesional, emocional, familiar y físico. Las puntuaciones miden el estado autoperceptivo en los factores descritos en un momento determinado con respecto a claves para el correcto desarrollo y bienestar en adolescentes y adultos [(García, Musitu. 1995) (Malo et al, 2011)] .
Cuestionario de Rasgos Dismórficos en el Leucoderma (CRD-L). Traducido para este estudio del Dysmorphic Concern Questionnaire (DCQ) con 25 preguntas sobre la autopercepción del sujeto con vitíligo y alta validez discriminativa (Sensibilidad y especificidad -Valor corte de ≧ 14-. Clasificación correcta en el 84,6% de pacientes). El cuestionario incluye la encuesta sobre localización de máculas. Correlaciona positivamente con la escala de dismorfofobia The Body Dysmorphic Disorder Examination (BDDE) de Rosen y Reiter (1996)20 en la que se basa. Tiene como objetivo evaluar la imagen corporal y el trastorno dismórfico corporal en el paciente dermatológico.
Análisis estadístico ANOVA, para comparar varios grupos y variables, a través del instrumento IBM SPSS STATISTICS y SQL para el análisis de coincidencias.
Resultados
En respuesta al objetivo general analizamos la afectación del vitíligo en la autopercepción a través de las 5 dimensiones del cuestionario del autoconcepto AF5 y encontramos que las dimensiones afectadas en los pacientes con mácula son el factor físico (p=0.08 <0.05), la más significativa, seguido por el social (p=.045 <0.05) y familiar (p=.046 <0.05) en este orden. Los pacientes con vitíligo presentan mal autoconcepto físico, social y familiar.
Aunque no observamos relación con edad, la argumentación teórica encuentra que los grupos con dermatosis más afectados están entre las edades jóvenes y en la edad media, grupos etarios más prevalentes en nuestra muestra. Tampoco el autoconcepto es determinado por la localización de la mácula (focal, segmentario, generalizado, acrofacial o universal). La edad y el lugar de la mancha, sin ser significativo, son los determinantes que más afectan al autoconcepto académico/ laboral.
Los estudios en autoconcepto del paciente con vitíligo exponen las dificultades del colectivo en relación a su apariencia, aspecto emocional e interrelación social que influyen en su compromiso vital general, con evitaciones que llegan a interferir en su nivel académico y laboral.
Con respecto a la dimensión emocional no se observan diferencias entre grupos. Los análisis en poblaciones normativas realizados con la prueba AF5, encontraron que la dimensión familiar presenta la mejor situación, seguida por la social, aunque en esta se observe un ligero descenso medida que aumenta la edad, prosigue la dimensión física y los niveles peor exhibidos están en las dimensiones académico/laboral y emocional.
En nuestro estudio, el análisis comparativo entre el grupo dermatológico y el control determinó que la dimensión aspecto físico se presenta peor en el grupo afecto del leucoderma, muy significativamente (p= .000 <0.05) como era lo esperado y coincidiendo con los datos arrojados. Este factor hace referencia a la autopercepción que tiene la persona de su aspecto y condición física y relaciona positivamente con la percepción de salud, el bienestar y la motivación de logro. Ayela (2009) encuentra que los pacientes con Enfermedades de piel obtienen puntuaciones significativamente más bajas en autoestima en su relación con la calidad de vida y otras variables sociodemográficas. Observamos que la dimensión emocional es la que correlaciona menos significativamente (p=.460), este factor hace referencia al control de las situaciones, emociones y, adecuación a los compromisos vitales. El paciente con vitíligo con respecto al exogrupo no se diferencia ante el ajuste emocional necesario para el desempeño e implicación en la vida cotidiana.
De la relación entregrupos por sexo, hallamos que el autoconcepto físico es el más afectado en mujeres con vitíligo (p=.001, <0.05) seguido del social o autopercepción de su desempeño en la interrelación social (p=.019, <0.05) con respecto a la población femenina sin dermatosis. En la población masculina con dermatosis aparece la dimensión familiar -percepción del sujeto de su implicación, participación e integración en el medio familia y conducta prosocial22-, como el factor que presenta la diferencia significativa con respecto a sus congéneres del grupo control (nivel de sig.0.35 <0.05). Le sigue, no significativamente el autoconcepto físico (p=0.76)..
Hallamos un 37.5% del rasgo perfeccionismo en el grupo con vitíligo (Escala DAS) que determina al autoconcepto en la dimensión social (p= 0.042 sig. < 0.05). Este determinante significa para el sujeto que lo presenta una autoestima dependiente del apoyo de los otro. Por lo que bienestar y autopercepción dependen del contexto externo, necesitando agradar a los demás (Sanz y Vázquez, 1993).
Phillips y Hollander (2008) investigaron la presencia de la dismorfofobia y el área corporal que provoca más preocupación en los afectados y encontraron que la piel lo era en un 73% .
Buscamos la presencia de rasgos dismórficos (CRD-L) y encontramos una prevalencia del 95% de al menos dos factores de rasgos dismórficos en el grupo vitíligo (casi siempre-siempre) vs el 2,5% del grupo control (Valor Chi-Cuadrada 68.493ª, p=0.00 sig.=.0 <0.05).
Según Phillips et al (1995-8) el bajo autoconcepto crónico es característico en personas con dismorfofobia y una autopercepción de su valor estrechamente vinculado con la imagen corporal; con un cuadro de ansiedad social donde subyace el perfeccionismo y, entre otras, evitan las actividades sociales y ocupacionales. Muchos presentan actos compulsivos que provoca disfuncionalidad vital, requiriendo intervención psiquiátrica.
La presencia de dismorfofobia repercute en la dimensión física significativamente (p=.000 0 <0.05) seguido, aunque no significativo de los autoconceptos social (p= 0.68 sig<0.05) y académico-laboral (p=0.92 sig <0.05).
Los criterios diagnósticos para el trastorno dismórfico corporal (DSM V) precisan que además del deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo una respuesta adecuada a los requerimientos vitales. Sin embargo, el autoconcepto emocional – Capacidad de control de las situaciones y emociones-, no se encuentra afectado (el que menos).
Según Yaryura-Tobias (2001) alrededor del 76% de las personas con percepción distorsionada de la propia imagen experimentarán un trastorno dismórfico corporal.
Para dar respuesta al trastorno dismórfico corporal buscamos la relación entre los sujetos que presentan perfeccionismo y tres o más factores dismorfofóbicos (respuestas=casi siempre/siempre en la escala Likert del CRD-L) y hallamos 6 sujetos (15%) con ambos determinantes, 5 mujeres y 1 hombre, edad media 23 años. Buscamos la distribución de los resultados del autoconcepto en los sujetos y no se da una distribución lineal.. Del análisis de coincidencias SQL encontramos un sujeto que cumple con las 5 dimensiones; uno coincide en 4 (menos familiar); uno con 3 (socialización, física y ac/lab.); dos con 2 (socialización y física) y un sujeto que no presenta ninguna coincidencia. Por lo que dos sujetos (el 5%) muestran los determinantes del trastorno dismórfico corporal según la argumentación teórica.
Discusión
El autoconcepto como constructo multidimensional requiere de las autopercepciones del individuo basadas en sus experiencias con los demás, las atribuciones de su conducta como ser físico y social unido a la consciencia de identidad y capacidades idiosincráticas.
Entre la población con vitíligo aparecen alteradas tres dimensiones que conforman al autoconcepto, la más significativa la autopercepción física; esta dimensión abarca la concepción sobre el atractivo físico percibido, determinantes tipo autocuidado personal con su relación a correcta adherencia terapéutica. Le sigue en importancia la alteración de la conciencia social, implicando desajustes en la interrelación con los demás y, por último el autoconcepto familiar (en hombres) que se refiere a la sensación de ajuste al medio familiar y el adecuado ajuste prosocial, o de cooperación positiva con los otros. Encontramos que el lugar de la presencia de las máculas no determinan las alteraciones encontradas
En relación a la población no dermatológica, los pacientes con leucoderma muestran una peor noción de la imagen, de forma muy reveladora. La dimensión emocional aparece como semejante, este resultado no esperado se puede explicar por las características socio-culturales y económicas de la población con vitíligo estudiada, que pertenece al colectivo con acceso a la atención médica dermatológica especializada de la República Dominicana. Por lo que cabe un estudio donde se incluyan todos los estratos sociales. Por otro lado el hecho de acudir a cuidados médicos para el control de su leucoderma implica una actitud de motivación positiva, esta actitud corresponde a sujetos con una buena respuesta ante los requerimientos vitales, informando esta conducta de un control interno deseable y reforzado por un deseo de dar buena imagen, equilibrando con sus acciones la mejora de su aspecto para corresponder el yo-ideal con el yo-real en relación a la piel, con el resultado final de una mejor autoeficacia ante el tratamiento.
Sobre la dimensión académico-laboral se observó por los investigadores, que sin ser significativa estadísticamente las mujeres jóvenes universitarias con leucoderma si mostraban peor adaptación al ámbito académico si sus máculas estaban expuestas.
El perfeccionismo como rasgo de personalidad tipo obsesivo implica que el sujeto para alcanzar sus objetivos sacrifiquen actividades sociales y familiares. La presencia de este rasgo en el paciente afecta al autoconcepto social.
El 95% de sujetos con máculas tienen rasgos dismórficos sin alterar su ajuste vital, excepto en un 5% cuando conjugan el perfeccionismo con tres o más factores dismórficos y un autoconcepto emocional alterado, además del físico y social, que requirirían atención psiquiátrica.
psicodermatología
Letellier (s.f) describe a los trastornos psicodermatológicos como una condición patológica que involucra una interacción entre la mente y la piel. produciendo comorbilidad psiquiátrica ya que un paciente con enfermedad crónica, con afectación de piel y/o el tipo de tratamiento requerido pueden provocar síntomas de desajuste emocional con la suficiente intensidad como para incidir en su calidad de vida., a su vez,la situación emocional influye a modo de retroalimentación sobre la evolución de la enfermedad o viceversa.
Enfermedades psicodermatológicas
Síndromes psiquiátricos con expresión dermatológica
- Patomimias
Se define como aquella patología dermatológica con lesiones provocadas por el propio paciente en estado consciente o bien disociativo. Los métodos empleados son tan variados que no hace falta mencionarlos. El paciente se enfrenta a varios estresores de la vida diaria que a menudo actúan como desencadenantes de esta patología, concretamente se han descrito entre el 19 y el 33% de los pacientes.
- Alopecia neuromecánica -tricotilomanía
Es un trastorno propio de la infancia, con predominio del sexo femenino (relación de 1 a 5). Es la única patología del grupo de las dermatosis impulsivas reconocida al DSM-IV y se caracteriza por el hábito de arrancarse el pelo. Normalmente se trata del cabello del cuero piloso pero también puede afectar las cejas, las pestañas y el vello del pubis. Son placas alopécicas con bordes irregulares, normalmente únicas, grandes y con pelos de diferentes medidas que se notan a la palapción suave. No está muy claro cuales son las condiciones específicas causantes de esta respuesta inadaptada a acontecimientos o situaciones que comportan presión. El pronóstico de este trastorno es favorable si sabemos reconducir junto con los padres y su entorno la conducta del niño.
- Dismorfofobias
El trastorno dismorfofóbico corporal consiste en la preocupación por un defecto físico imaginario . Es un trastorno frecuente en consultas de dermatología estética y a menudo puede representar más del 25% de estas visitas. La comorbididad más habitual es la depresión mayor. Con respecto a la evolución y el tratamiento son muy difíciles tanto por la cirugía plástica, como por el tratamiento dermatológico y/o psiquiátrico.
- Disestesia pseudoparasitaria
Es un trastorno en el que los pacientes tienen la creencia de estar infectados de parásitos cutáneos, pero las pruebas objetivas no confirman este pensamiento. No se dispone de datos fiables referentes a su incidencia. Es frecuente su asociación a varios trastornos físicos como diabetes, insuficiencia renal, hepatitis, déficit de vitamina B12, esclerosis múltiple o lepra. El síntoma principal es la sensación de tener bichos paseándose por la piel. El prurito es intenso y a menudo los pacientes desarrollan insomnio crónico.
Afecciones cutáneas con una elevada incidencia de factores psicoemocionales
- Excoriaciones
El paciente con excoriación se siente impulsado a rascar su piel de manera compulsiva y perpetuar un círculo «prurito-rascado». Su personalidad es característica: son perfeccionistas y pueden presentar comorbididatd psicopatológica con un trastorno obsesivo-compulsivo o bien un trastorno del impulso. Las lesiones se observan en zonas donde los pacientes pueden llegar con facilidad. La actividad acontece normalmente al atardecer o cuando el paciente está inadvertido. El fracaso por no poder controlar la actividad disminuye más su autoestima. Brocq el 1898 describió “l’acne excorieé de jeunes filles”, donde las jóvenes adolescentes arañan y manipulan las lesiones de acné. Es una forma muy frecuente en chicas con labilidad psicovegetativa. El prurito es intenso y la patología puede durar muchos años. El tratamiento sintomático resuelve finalmente el cuadro.
- Líquen símplex (neurodermatitis)
El diagnóstico clínico se basa en tres estructuras típicas: liquenificación a la parte central de la placa, pápulas de color rojo-gris alrededor e hiperpigmentación periférica en todo el entorno a la placa. La liquenificación es una respuesta especial como consecuencia de un rascado continuado en personas con prurito severo. Este rascado es una reacción conductual común al estrés. Es la patología dermatológica más relacionada con la ansiedad. Son pacientes con un perfil obsesivo-compulsivo que obtienen gratificación con el rascado. La cura oclusiva durante pocos días con corticoides de alta potencia resuelve muy favorablemente esta patología.
- Vulvodinias
La vulvodinia fue definida inicialmente como una molestia vulvar crónica, caracterizada por la sensación de ardor, dolor, punzadas y/o irritación. Actualmente el término vulvodinia es aplicado a aquellas pacientes que sufren dolor o ardor de forma crónica durante 3 meses como mínimo, y que no tienen ninguna lesión visible que explique estos síntomas. Se han observado dos tipos de vulvodinia: la Disestésica, que afecta a mujeres de edad adelantada y los síntomas se localizan en el introito vaginal extendiéndose, a veces, hacia los labios mayores y menores, y también hacia la zona anal; y la Vestibulitis Vulvar, que afecta a mujeres jóvenes y se caracteriza por la dispareunia, el aumento de la sensibilidad vulvar y envejecimiento de la zona. En la unidad de Psicodermatología hemos llevado a cabo un estudio con 160 pacientes diagnosticadas de vulvodinia, evaluando las características clínicas y los aspectos psicopatológicos asociados a esta enfermedad, así como la respuesta al tratamiento antidepresivo con resolución de sintomatología de más del 75% de las pacientes.
- Glosodinias
El paciente refiere sensación de ardor, inflamación, hormigueo a la legua y/o dificultad por tragar. Puede haber afectación de toda la mucosa jugal. Esta sintomatología puede aparecer después de una manipulación bucal con diferentes tipos de anestésicos y metales. Se debe considerar la alergia por contacto a estos diferentes metales. Aun así, debemos descartar una hiperglucemia, la enfermedad de Sjögren y el déficit de Vit B12 y de ácido fólico. Asimismo suele asociarse a trastornos psicológicos y psíquicos, siendo los más frecuentes la ansiedad, la depresión y la cancerofobia.
- Prurito psicógeno
Es fundamental que a todos los pacientes afectos de prurito les descartemos cualquier causa orgánica antes de poner la etiqueta de «psicógeno». También la biopsia puede ser útil, y aunque sea sugestiva de etiología no orgánica no se puede descartar esta premisa. De todos modos, todas las formas de prurito pueden ser modificadas por el estrés emocional. Es importante hidratar muy bien la piel e intentar no utilizar corticoides tópicos. Los antihistamínicos y los antidepresivos han sido los tratamientos utilizados tradicionalmente puesto que mejoran mucho la sintomatología.
Afecciones dermatológicas modificadas por el estrés y con posible rebrote psicosomático
Muchos de los trastornos dermatológicos pueden empeorar en contextos de estrés psicosocial. Además, los factores psiquiátricos también pueden incrementar el nivel de estrés que percibe el paciente. Debido al impacto que genera la afectación dermatológica sobre la calidad de vida del paciente, resulta importante tener en cuenta los factores psicosociales.
- Psoriasis
La psoriasis es una de las dermopatías más reactivas al estrés. La clasificación de la gravedad de esta patología correlaciona directamente con los niveles de depresión, estrés y ansiedad. El síntoma específico de la psoriasis que se relaciona de manera directa con la depresión es el prurito. La patología psicológica subyacente puede incrementar la morbilidad dermatológica de la psoriasis. Del mismo modo, hay características de personalidad que también pueden relacionarse con una aparición precoz de la psoriasis, y a la vez aumentar la reactividad ante el estrés.
Delante de estos datos, el Servicio de Dermatología y de Psiquiatría del Hospital del Mar, inició un proyecto de investigación para aprofundir en la influencia que tienen las variables psíquicas en la evolución de la psoriasis. Desde julio de 2005 y hasta la actualidad, hemos realizado un estudio con el objetivo de conocer el papel de los síntomas psicológicos (ansiedad, depresión y estrés) en los pacientes psoriáticos, así como también, para recoger el impacto que genera la enfermedad en la calidad de vida de los sujetos.
- Dermatitis seborreica
Generalmente, los brotes se desencadenan ante acontecimientos puntuales de la vida de los sujetos que son fuente de ansiedad o estrés (por ejemplo, antes de un examen final, en un divorcio, durante enfermedades de un familiar…).
- Dermatitis atópica
Las sustancias irritantes, el clima, la piel deshidratada, el sudor, las infecciones por estafilococo y el contacto con la lana son factores que, del mismo modo que el prurito, contribuyen a empeorar la dermatitis atópica. Se aceptan la influencia de las variables psicológicas en el incremento de la gravedad de este trastorno y en su cronicidad. El círculo vicioso prurito-rascado inquieta el niño y altera la familia, creando de esta manera conflictos relacionales. En referencia a la dermatitis atópica, el estrés también se ha asociado a su desarrollo en un 70% de los casos. El estrés vinculado a la enfermedad y a la familia y las relaciones interpersonales configuran importantes predictores de la gravedad de los síntomas.
- Alopecia areata
A pesar de la importancia etiológica de una predisposición genética y/o determinados factores autoinmunes asociados, no podemos olvidar el papel de las variables emocionales en el desarrollo de la alopecia areata. Actualmente es evidente la relación del estrés y la patología autoinmune. Por otra parte, en un estudio de pacientes con alopecia areata, en torno al 20% experimentaban más estrés antes del desarrollo y/o exacerbación de la enfermedad, aunque los resultados no fueron significativos. La incidencia de patologías psiquiátricas entre los pacientes de alopècia areata se sitúa entre el 33 y el 93%.
- Acné
Hay varios factores que favorecen la formación del acné. Los factores hormonales son decisivos en la aparición del acné pero la ansiedad y el enojo son factores destacables; aún así, a través del tratamiento contra el acneé se ha observado una mejora general del sido mental de los pacientes. El acné presenta más relevancia en los pacientes con trastorno dismórfico.
Se ha encontrado que los pacientes dermatológicos tienen una alta prevalencia de desórdenes psiquiátricos, con un 30% -40%,y cuyos procesos cutáneos tienen asociado un componente psicológico o psiquiátrico .Los pacientes generalmente experimentan exacerbación de las Enfermedades cutáneas cuando se estresan, estos presentan síntomas psiquiátricos en dermatología, cuando se origina una comorbilidad presentado como desórdenes psiquiátricos tales como la ansiedad mayor, depresión severa, abuso de sustancias o desórdenes dismórficos corporales. Las más comunes son la ansiedad y la depresión que pueden ser secundarias a Enfermedades crónicas como acné, eccema o psoriasis (Sambhi & Lepping, 2009).
Efecto emocional grave que puede aparecer en los pacientes dermatológicos: Dismorfofobia
La dismorfofobia es el nombre de lo que se conoce como trastorno dismórfico corporal –TDC-; encuadrado dentro de los trastornos somatomorfos, literalmente es la fobia o rechazo exagerado hacia una parte del propio cuerpo.
Este trastorno, también conocido como dismorfofobia, suele comenzar en la adolescencia y consiste en la preocupación obsesiva y por ende magnificada por una característica física interpretada como defecto físico, real o supuesta y/o que o indetectable o relativizada para los demás. Las preocupaciones más comunes suelen referirse a los ojos, nariz, pelo, orejas, piel, labios, arrugas, cicatrices, palidez o enrojecimiento, asimetría facial, vello excesivo… aunque también puede abarcar varias partes del cuerpo. Por ende, afecta a su autoconcepto.
Vitílogo
enfermedad de la piel, a la que no le afecta el estado psíquico, pero si influye en el bienestar emocional: Vitíligo
Análisis del autoconcepto del paciente con vitíligo que acude al servicio de Dermatología.
Por Minia Miramontes et als.
Resumen
Introducción: Las condiciones psiquiátricas en el paciente con vitíligo se asocian a una mala adherencia terapéutica. Desórdenes psicológicos son desencadenados por alteración de procesos intervinientes en la conciencia física y social, al no corresponderse con el ideal corporal y reconocimiento por parte de los demás.
Objetivos: Analizar el autoconcepto físico y social en sujetos con vitíligo en relación al grupo control.
Material y métodos: Estudio transversal cualitativo-descriptivo y relacional en 80 sujetos, 40 con vitíligo-40 grupo control, entre 18-75 años, con prevalencia de formación universitaria. Recogida de datos: entrevista demográfica y cuestionarios AF5 (autoconcepto) DAS (personalidad)) CDR-L (dismorfofobia en pacientes con leucoderma). Estadístico ANOVA para relaciones y SQL para coincidencias.
Resultados: El paciente con vitíligo presenta los autoconceptos físico (p=0.08 <0.05), social (p=.045), familiar (p=.046) alterados sin relación con edad ni lugar de la mancha. En relación al exogrupo tienen peor auto-imagen (p= .000), sin diferenciarse emocionalmente. Por género, las mujeres con vitíligo tienen peor autoconcepto físico y social y los hombres peor implicación familiar y conducta prosocial. Un 95% presenta rasgos dismórficos (p=0.00). El 5% tiene un trastorno dismórfico corporal.
Conclusiones: El vitíligo distorsiona y menoscaba la autovaloración física y afecta a competencias de interrelación y noción de ser social. No encontramos diferencias con la población general en estabilidad, equilibrio e implicación en la vida cotidiana, lo que puede deberse a las características de la muestra de ser sujetos motivados en la búsqueda de soluciones médicas a sus problemas de piel.
Palabras clave: Vitíligo; Autoconcepto; Dismorfofobia.
Analysis of the self-concept in vitiligo patients who attends the dermatology service.
Abstract
Introduction: The psychiatric conditions in the patient with vitiligo are associated with poor therapeutic adherence. Psychological disorders are triggered by the alteration of the processes involved in the physical and social consciousness as it does not correspond to the body ideal and the recognition expected by others.
Objective: To check how physical and social self-concept is presented in subjects with vitiligo in relation to the control group.
Material and methods: Qualitative-descriptive and relational cross-sectional study in 80 subjects, 40 with vitiligo-40 without dermatosis, between 18-75 years, 48.8% men vs 51.3% women, prevalent in graduate education. Data collection: demographic interview and questionnaires AF5 (self-concept) DAS (personality)) CDR-L (dysmorphophobia in a patient with leucoderma). Statistical ANOVA for relations and SQL for coincidences.
Results: Vitiligo patients presents physical (p=0.08 <0.05), social (p=.045), and family (p=.046) self-concept altered, without relation to the age or place of the stain. In relation to the external group they have worse self-image (p = .000). There is no emotional difference between groups. By gender, women with vitiligo have worse physical and social self-concept and men have worse family involvement and prosocial behavior. 95% has dysmorphic features (p = 0.00). 5% has Body Dysmorphic Disorder criteria.
Conclusions: Vitiligo distorts and impairs the correct physical self-assessment and affects skills of interrelation and notion as social being. No differences were found when compared with the control group for stability, balance and involvement in daily life may be due to the characteristics of the sample; this may be due to the sample characteristics constituted by motivated subjects to the search of medical solutions to their skin problems.
Keywords: Vitiligo; Self-concept; Dysmorphhophobia.
Análisis del autoconcepto físico y social del paciente con vitíligo que acude al servicio de Dermatología
Introducción: El autoconcepto es un constructo relevante de la personalidad, de definición imprecisa, destaca su papel en la autoimagen, interrelación social y el ajuste emocional del individuo; de carácter dimensional y dinámico se desarrolla a través de procesos psicológicos básicos de percepción, memoria y posterior construcción de la autoconciencia social lo largo de la existencia con variaciones constantes dependientes de estímulos biopsicosociales.
La presencia de una afectación de la piel como el vitíligo, puede alterarlo y provocar respuestas que van desde la insatisfacción momentánea con la autoimagen corporal hasta una disfunción cognitiva sistemática de la propia apariencia física condicionando e interfiriendo en la calidad de vida del sujeto.
Desde de la psicología aplicada, es conocido el predominio de las condiciones psiquiátricas y psicológicas en el paciente dermatológico, especialmente con lesiones en zonas de piel expuestas. Este tipo de desórdenes psiquiátricos desencadenados por la imagen social, provienen de la alteración de los mecanismos neurobiológicos de los procesos mentales –cognitivos- que intervienen en la cognición social (autoconciencia, empatía, intencionalidad, imitación, etc.) (Easton y Emery 2005).
Autores como Jeannerod (2002-6) relacionan la existencia de regiones cerebrales visuales especializadas para percibir caras y cuerpos, por la importancia en la conducta humana la distinción del otro, con el reconocimiento y entendimiento de nosotros mismos y de los demás. La expresión facial es clave en la interacción social. Susskind et al (2008) concluyen que las expresiones faciales funcionan como señales moduladoras de emociones, alterando la predisposición del individuo para la percibir, comprender e interacción con el mundo
Los modelos explicativos subrayan la importancia del autoconcepto en la aparición de las disfunciones emocionales. Un estudio sobre síndromes psiquiátricos en dermatología, encuentra que la autoestima de una persona que presenta dermatosis crónica se deteriora de forma intensa, influyendo factores como el temor a infecciones, repulsión, la manifestación en jóvenes y mediana edad, sexo, y estratos socio-culturales; llegando a interferir en la interacción social y/o el contacto físico cuando se altera la estabilidad de la imagen corporal, y puede determinar trastornos fóbicos de evitación de la conducta social.
El cognitivismo encuentra que los mecanismos provocados por reglas inapropiadas de dependencia a objetivos irreales o rígidos constituyen una predisposición a la disfunción, por la vulnerabilidad que provocan en la autovaloración. Estas reglas suelen referirse a una excesiva necesidad de aprobación del otro, exagerada búsqueda de logros o rendimientos para valorarse a uno mismo positivamente, que se corresponden con el rasgo de perfeccionismo de la personalidad. (Blatt et al, 1998).
En este estudio analizamos cómo influye la presencia del leucoderma en la alteración de los procesos cognitivos de percepción personal y social; diseñamos una metáfora conceptual como argumentación teórica, similar a la propuesta por Niedenthal, et al (2009) que estudian expresiones emocionales en relación al correlato físico –embodiment. Para ello, equiparamos la experiencia emocional de la mácula con la emoción básica de rechazo inducida por la influencia del feedback facial en la cognición del individuo con leucoderma al observarse y ser observado, ya que en su dimensión descriptiva se establecimos una similitud con el autoconcepto físico y social.
En la práctica clínica dermatológica se encuentra que entre un 30%-40% de los usuarios tienen desórdenes psiquiátricos. Si bien, los pacientes generalmente experimentan exacerbación de las Enfermedades cutáneas cuando presentan síntomas psiquiátricos (Sambhi, Lepping, 2009), en el caso de vitíligo, el trastorno psiquiátrico es secundario y es la propia enfermedad dermatológica la que desencadena la repercusión psicológica en 3 de cada 4 afectados por la alteración estética de la piel provocándoles dificultades en relaciones sociales y ansiedad por la incertidumbre sobre la evolución y tratamiento del leucoderma.
En un grado severo, el efecto negativo emocional puede derivar en un sesgo atencional por la focalización de la atención en las zonas de la piel afectadas que favorece la aparición de la dismorfofobia.
La dismorfofobia consiste en una preocupación persistente, sobrevalorada y magnificada por una característica física interpretada como defecto físico, real o supuesto, y/o indetectable o relativizado para los demás, conllevando conductas repetitivas centradas en el defecto auto- percibido que condiciona el normal desarrollo de las actividades de la vida diaria diagnosticado como Trastorno Dismórfico Corporal -300.7 (F45.22)- (DSM-V)- calificado dentro de los trastornos obsesivo-compulsivos.
La presencia de esta psicopatología ocasiona en los casos más graves problemas serios de socialización, sobre todo laborales y en algunos casos pueden llegar al suicidio (Misticone, 2010).
El objetivo de este estudio es analizar cómo se presenta el autoconcepto en los sujetos con vitíligo en relación a la población general. Para dar respuesta a la incógnita, cómo objetivos específicos buscamos la manifestación del autoconcepto en el grupo con la dermatosis, su relación con la edad, lugar donde se presenta la mácula, la prevalencia del perfeccionismo y su afectación en el autoconcepto. Seguidamente analizamos la influencia del leucoderma en el autoconcepto en a un grupo control; su relación con el género y dismorfofobia.
.Material y Métodos
Estudio de diseño transversal cualitativo-descriptivo y relacional no experimental en 80 sujetos (40 pacientes con vitíligo versus 40 control) entre 18-75 años. La población con dermatosis fue captada del Instituto Dermatológico y Cirugía de la Piel Dr. Huberto Bogaert Diaz, sito en Sto. Domingo. El grupo control es tomado aleatoriamente de la población general con los criterios de inclusión de personas que no sufran de ningún trastorno dermatológico.
Sin diferencias significativas por sexo (masculino 48,8% vs femenino 51,3%), prevalencia de estudios universitarios. La frecuencia del estado civil fue de soltero/divorciado.
La recolección de datos se realiza a través de un cuestionario demográfico que incluye los datos personales y el consentimiento informado de los sujetos seguido de la aplicación de las pruebas siguientes:
Escala de Actitudes Disfuncionales (DAS) de Weisman y Beck. Evalúa las distorsiones cognitivas. (consistencia interna entre .79/.92 en la versión española de 40 ítems). Mide 6 valores bifactorialmente. Tomamos para nuestros intereses los ítems referidos al factor perfeccionismo-logro.
Cuestionario de Autoconcepto Forma 5 (AF-5). Compuesto por 30 elementos que evalúan el autoconcepto pentafactorialmente. Las cinco dimensiones obtenidas informan sobre el autoconcepto social, académico-profesional, emocional, familiar y físico. Las puntuaciones miden el estado autoperceptivo en los factores descritos en un momento determinado con respecto a claves para el correcto desarrollo y bienestar en adolescentes y adultos [(García, Musitu. 1995) (Malo et al, 2011)] .
Cuestionario de Rasgos Dismórficos en el Leucoderma (CRD-L). Traducido para este estudio del Dysmorphic Concern Questionnaire (DCQ) con 25 preguntas sobre la autopercepción del sujeto con vitíligo y alta validez discriminativa (Sensibilidad y especificidad -Valor corte de ≧ 14-. Clasificación correcta en el 84,6% de pacientes). El cuestionario incluye la encuesta sobre localización de máculas. Correlaciona positivamente con la escala de dismorfofobia The Body Dysmorphic Disorder Examination (BDDE) de Rosen y Reiter (1996)20 en la que se basa. Tiene como objetivo evaluar la imagen corporal y el trastorno dismórfico corporal en el paciente dermatológico.
Análisis estadístico ANOVA, para comparar varios grupos y variables, a través del instrumento IBM SPSS STATISTICS y SQL para el análisis de coincidencias.
Resultados
En respuesta al objetivo general analizamos la afectación del vitíligo en la autopercepción a través de las 5 dimensiones del cuestionario del autoconcepto AF5 y encontramos que las dimensiones afectadas en los pacientes con mácula son el factor físico (p=0.08 <0.05), la más significativa, seguido por el social (p=.045 <0.05) y familiar (p=.046 <0.05) en este orden. Los pacientes con vitíligo presentan mal autoconcepto físico, social y familiar.
Aunque no observamos relación con edad, la argumentación teórica encuentra que los grupos con dermatosis más afectados están entre las edades jóvenes y en la edad media, grupos etarios más prevalentes en nuestra muestra. Tampoco el autoconcepto es determinado por la localización de la mácula (focal, segmentario, generalizado, acrofacial o universal). La edad y el lugar de la mancha, sin ser significativo, son los determinantes que más afectan al autoconcepto académico/ laboral.
Los estudios en autoconcepto del paciente con vitíligo exponen las dificultades del colectivo en relación a su apariencia, aspecto emocional e interrelación social que influyen en su compromiso vital general, con evitaciones que llegan a interferir en su nivel académico y laboral.
Con respecto a la dimensión emocional no se observan diferencias entre grupos. Los análisis en poblaciones normativas realizados con la prueba AF5, encontraron que la dimensión familiar presenta la mejor situación, seguida por la social, aunque en esta se observe un ligero descenso medida que aumenta la edad, prosigue la dimensión física y los niveles peor exhibidos están en las dimensiones académico/laboral y emocional.
En nuestro estudio, el análisis comparativo entre el grupo dermatológico y el control determinó que la dimensión aspecto físico se presenta peor en el grupo afecto del leucoderma, muy significativamente (p= .000 <0.05) como era lo esperado y coincidiendo con los datos arrojados. Este factor hace referencia a la autopercepción que tiene la persona de su aspecto y condición física y relaciona positivamente con la percepción de salud, el bienestar y la motivación de logro. Ayela (2009) encuentra que los pacientes con Enfermedades de piel obtienen puntuaciones significativamente más bajas en autoestima en su relación con la calidad de vida y otras variables sociodemográficas. Observamos que la dimensión emocional es la que correlaciona menos significativamente (p=.460), este factor hace referencia al control de las situaciones, emociones y, adecuación a los compromisos vitales. El paciente con vitíligo con respecto al exogrupo no se diferencia ante el ajuste emocional necesario para el desempeño e implicación en la vida cotidiana.
De la relación entregrupos por sexo, hallamos que el autoconcepto físico es el más afectado en mujeres con vitíligo (p=.001, <0.05) seguido del social o autopercepción de su desempeño en la interrelación social (p=.019, <0.05) con respecto a la población femenina sin dermatosis. En la población masculina con dermatosis aparece la dimensión familiar -percepción del sujeto de su implicación, participación e integración en el medio familia y conducta prosocial22-, como el factor que presenta la diferencia significativa con respecto a sus congéneres del grupo control (nivel de sig.0.35 <0.05). Le sigue, no significativamente el autoconcepto físico (p=0.76)..
Hallamos un 37.5% del rasgo perfeccionismo en el grupo con vitíligo (Escala DAS) que determina al autoconcepto en la dimensión social (p= 0.042 sig. < 0.05). Este determinante significa para el sujeto que lo presenta una autoestima dependiente del apoyo de los otro. Por lo que bienestar y autopercepción dependen del contexto externo, necesitando agradar a los demás (Sanz y Vázquez, 1993).
Phillips y Hollander (2008) investigaron la presencia de la dismorfofobia y el área corporal que provoca más preocupación en los afectados y encontraron que la piel lo era en un 73% .
Buscamos la presencia de rasgos dismórficos (CRD-L) y encontramos una prevalencia del 95% de al menos dos factores de rasgos dismórficos en el grupo vitíligo (casi siempre-siempre) vs el 2,5% del grupo control (Valor Chi-Cuadrada 68.493ª, p=0.00 sig.=.0 <0.05).
Según Phillips et al (1995-8) el bajo autoconcepto crónico es característico en personas con dismorfofobia y una autopercepción de su valor estrechamente vinculado con la imagen corporal; con un cuadro de ansiedad social donde subyace el perfeccionismo y, entre otras, evitan las actividades sociales y ocupacionales. Muchos presentan actos compulsivos que provoca disfuncionalidad vital, requiriendo intervención psiquiátrica.
La presencia de dismorfofobia repercute en la dimensión física significativamente (p=.000 0 <0.05) seguido, aunque no significativo de los autoconceptos social (p= 0.68 sig<0.05) y académico-laboral (p=0.92 sig <0.05).
Los criterios diagnósticos para el trastorno dismórfico corporal (DSM V) precisan que además del deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo una respuesta adecuada a los requerimientos vitales. Sin embargo, el autoconcepto emocional – Capacidad de control de las situaciones y emociones-, no se encuentra afectado (el que menos).
Según Yaryura-Tobias (2001) alrededor del 76% de las personas con percepción distorsionada de la propia imagen experimentarán un trastorno dismórfico corporal.
Para dar respuesta al trastorno dismórfico corporal buscamos la relación entre los sujetos que presentan perfeccionismo y tres o más factores dismorfofóbicos (respuestas=casi siempre/siempre en la escala Likert del CRD-L) y hallamos 6 sujetos (15%) con ambos determinantes, 5 mujeres y 1 hombre, edad media 23 años. Buscamos la distribución de los resultados del autoconcepto en los sujetos y no se da una distribución lineal.. Del análisis de coincidencias SQL encontramos un sujeto que cumple con las 5 dimensiones; uno coincide en 4 (menos familiar); uno con 3 (socialización, física y ac/lab.); dos con 2 (socialización y física) y un sujeto que no presenta ninguna coincidencia. Por lo que dos sujetos (el 5%) muestran los determinantes del trastorno dismórfico corporal según la argumentación teórica.
Discusión
El autoconcepto como constructo multidimensional requiere de las autopercepciones del individuo basadas en sus experiencias con los demás, las atribuciones de su conducta como ser físico y social unido a la consciencia de identidad y capacidades idiosincráticas.
Entre la población con vitíligo aparecen alteradas tres dimensiones que conforman al autoconcepto, la más significativa la autopercepción física; esta dimensión abarca la concepción sobre el atractivo físico percibido, determinantes tipo autocuidado personal con su relación a correcta adherencia terapéutica. Le sigue en importancia la alteración de la conciencia social, implicando desajustes en la interrelación con los demás y, por último el autoconcepto familiar (en hombres) que se refiere a la sensación de ajuste al medio familiar y el adecuado ajuste prosocial, o de cooperación positiva con los otros. Encontramos que el lugar de la presencia de las máculas no determinan las alteraciones encontradas
En relación a la población no dermatológica, los pacientes con leucoderma muestran una peor noción de la imagen, de forma muy reveladora. La dimensión emocional aparece como semejante, este resultado no esperado se puede explicar por las características socio-culturales y económicas de la población con vitíligo estudiada, que pertenece al colectivo con acceso a la atención médica dermatológica especializada de la República Dominicana. Por lo que cabe un estudio donde se incluyan todos los estratos sociales. Por otro lado el hecho de acudir a cuidados médicos para el control de su leucoderma implica una actitud de motivación positiva, esta actitud corresponde a sujetos con una buena respuesta ante los requerimientos vitales, informando esta conducta de un control interno deseable y reforzado por un deseo de dar buena imagen, equilibrando con sus acciones la mejora de su aspecto para corresponder el yo-ideal con el yo-real en relación a la piel, con el resultado final de una mejor autoeficacia ante el tratamiento.
Sobre la dimensión académico-laboral se observó por los investigadores, que sin ser significativa estadísticamente las mujeres jóvenes universitarias con leucoderma si mostraban peor adaptación al ámbito académico si sus máculas estaban expuestas.
El perfeccionismo como rasgo de personalidad tipo obsesivo implica que el sujeto para alcanzar sus objetivos sacrifiquen actividades sociales y familiares. La presencia de este rasgo en el paciente afecta al autoconcepto social.
El 95% de sujetos con máculas tienen rasgos dismórficos sin alterar su ajuste vital, excepto en un 5% cuando conjugan el perfeccionismo con tres o más factores dismórficos y un autoconcepto emocional alterado, además del físico y social, que requirirían atención psiquiátrica.
fibromialgia
INTERVENCIÓN PSICOLÓGICA EN PERSONAS CON FIBROMIALGIA |
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Fuente: Infocop | ||||||||||
Cecilia.Peñacoba.Puente Universidad Rey Juan Carlos |
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A la fibromialgia (FM), por sus características propias, se le asigna un tipo de tratamiento que no es curativo sino que pretende ser preventivo de unos síntomas y paliativo de otros. Dado que se trata de un trastorno con tan variada sintomatología y con una considerable comorbilidad con otros trastornos psiquiátricos y físicos han sido probados tratamientos de muy diversa naturaleza. Entre ellos, los tratamientos más empleados en la actualidad son el tratamiento farmacológico, el ejercicio físico y la terapia psicológica (en particular, desde el enfoque cognitivo-conductual). Existe suficiente evidencia de que el mero tratamiento farmacológico no obtiene los resultados esperados, por lo que cada vez con más frecuencia se ofertan formas alternativas de tratamiento, solas o en combinación, desde un enfoque bio-psico-social de la enfermedad. | ||||||||||
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1. Psicología y Fibromialgia. Características del trastorno que justifican una intervención psicológica.
No cabe duda de que la fibromialgia debería constituir un punto de reflexión sobre la atención sanitaria. Su sintomatología física (fundamentalmente dolor), la ausencia de patología orgánica, la ausencia de indicadores clínicos en las pruebas objetivas complementarias para el diagnóstico (analíticas, radiológicas…), su alta comorbilidad con otro tipo de trastornos/sintomatología denominados tradicionalmente funcionales, la presencia de alteraciones emocionales (ansiedad y depresión) y la alteración (bien con pruebas objetivas o a nivel de quejas) de funciones cognitivas, como la atención y la memoria, hacen que nuestro modelo actual de salud (lineal, determinista y no holista) no pueda dar respuesta a las características particulares de esta «nueva forma de enfermar». Además, el principal síntoma del trastorno, el dolor, utilizado para el diagnóstico (American Collage of Rheumatology ACR, 1990), hace que estos pacientes acudan a servicios de medicina general (primaria) o a servicios especializados de reumatología o a unidades de dolor, dónde reciben en la mayoría de las ocasiones un tratamiento no del todo eficaz a la problemática que presentan. Pero además, no sólo el propio cuadro clínico característico de la FM deja evidencia del papel del psicólogo en el abordaje de este trastorno, sino que la situación y circunstancias del enfermo de fibromialgia constituyen en sí mismos un campo de actuación propio. Tal y como ellos mismos expresan en algunos foros, al cuadro clínico propio de la enfermedad se asocia el peregrinaje hasta su diagnóstico (en torno a los cuatro y seis años), la incertidumbre asociada, la no respuesta del sistema sanitario a su problema, la incomprensión de la familia, las etiquetas sociales de «fingidoras» por la inexistencia de causa orgánica… y hasta en ocasiones la existencia de profesionales sanitarios que manifiestan «no creer en su enfermedad».
2. Algunas reflexiones sobre la intervención psicológica.
Las aportaciones de la Psicología desde el enfoque: causa vs efecto
Parece evidente que el hecho de padecer FM, como cualquier otra enfermedad (añadiendo en este caso sus características particulares, a las que hemos hecho referencia), plantea la necesidad de trabajar sobre los efectos psicosociales que conlleva el padecimiento de la misma. No obstante, el hecho de que aún no se haya establecido etiología orgánica en la FM abre un importante campo de investigación sobre el estudio de factores psicosociales como posibles agentes causales. En este sentido, algunos autores se cuestionan el diagnóstico de la FM, planteándose que pueda ser un trastorno de la esfera neurológica y no reumatológica.
Las aportaciones de la Psicología desde los diferentes niveles de actuación
Aunque la mayoría de los programas de intervención existentes (que se señalarán más adelante) se dirigen a la intervención sobre la FM, no debemos olvidar el importante papel que puede tener la Psicología en la prevención de la enfermedad y en la promoción de la salud. Identificados los factores de riesgo asociados a la enfermedad (a falta de estudios prospectivos que establezcan posibles causalidades), se podría actuar en las variables psicológicas de riesgo. Así, la FM se ha relacionado con patrones de personalidad como la Personalidad proclive al dolor (Blumer y Heilbronn, 1981), descrita en personas con síndromes de dolor poco definidos y con tendencia compulsiva de «sobrerealización» en combinación con otras características como falta de asertividad y dificultad para identificar emociones negativas, especialmente ira, frustración y tristeza. El elemento fundamental de estos rasgos de personalidad de acuerdo a este modelo, es una baja autoestima y que ésta a su vez depende excesivamente de la aceptación y reconocimiento de los demás a través de los éxitos. Experiencias infantiles negativas, como pobreza, falta de afecto, eventos traumáticos repetitivos o abuso físico o sexual pueden incrementar también la susceptibilidad a la enfermedad.
Además, los afectados de FM han sido descritos como personas muy activas con demandas excesivas de triunfo, perfeccionistas, que trabajan demasiado y que son incapaces de plantear límites ante las demandas de otras personas (Van Houdenhove et al., 2001), por lo que podrían encajar con un patrón de personalidad tipo A.
El trabajo sobre estas variables asociadas a la FM abre un importante campo de actuación psicológica, aún sin explotar.
Las aportaciones de la Psicología desde la disciplina: Psicología Clínica, Psicología de la salud
Aunque la distinción entre Psicología Clínica y Psicología de la Salud no esté exenta de polémica para los especialistas de la materia, lo cierto es que para el tema que nos ocupa, y en el contexto sanitario, sí parece relevante distinguir entre ambas, especialmente en lo que se refiere a su contenido y a su estrategia. Así, en el tratamiento sanitario de la FM se ha aceptado el papel de la Psicología en tanto que da respuesta a los trastornos mentales y emocionales provocados como consecuencia de la enfermedad, o bien a su consideración como un trastorno mental psicopatológico (versión más próxima a la Psicología clínica). Muchos de los enfermos con FM han sido derivados y tratados desde los servicios de psiquiatría.
Así, aunque la opinión de que la FM es un trastorno psiquiátrico no tiene sustento en la evidencia científica (Nielson y Merskey, 2001), algunos estudios indican que estos pacientes presentan problemas psicosociales y trastornos psiquiátricos, como depresión, ansiedad, somatizaciones, fobias y trastornos de pánico. A menudo tienen estados depresivos, trastornos de ansiedad, trastornos obsesivo-compulsivos y trastornos fóbicos, además pueden presentar concomitantemente afecciones de dependencia de alcohol y medicamentos, e incluso tienen diversos trastornos de personalidad (Ruiz Fabeiro et al., 2004; Doleys y Doherty, 2001).
También se ha considerado a la fibromialgia como un trastorno de somatización, describiendo en estas pacientes comportamientos típicos de la «histeria» como egocentrismo, histrionismo, labilidad emocional, pobreza y falsedad de afectos, erotización de las relaciones sociales, frigidez, dependencia afectiva e intolerancia al rechazo personal y gasto excesivo de energía para encontrar la aprobación, la atención y la alabanza de los demás.
Por otro lado, existen autores que consideran el dolor crónico no lesional como expresión de una depresión subyacente (Blumer y Heilbronn, 1982). La alta prevalencia de depresión en la FM ha llevado a algunos autores a hipotetizar que el trastorno afectivo es el mecanismo primario que subyace a la FM. Sin embargo, la depresión no es específica a la FM, ni todos los pacientes con esta enfermedad refieren elevados niveles de depresión.
También se relaciona la FM con la ansiedad. La ansiedad crónica produce tensión muscular y aumento de la receptividad o disminución de la tolerancia al dolor, así como mantenimiento del «sentimiento doloroso», una vez cesado el estímulo nociceptivo. Por otra parte, el dolor puede generar una respuesta de ansiedad patológica y, de hecho, la ansiedad es el factor psicológico que antes y mejor se identifica como respuesta a la experiencia dolorosa (Alda et al., 2003).
La FM se ha relacionado igualmente con el síndrome de estrés postraumático. La incidencia del trastorno por estrés postraumático entre los pacientes con FM parece ser alta, pero sólo existe un estudio prospectivo que señale una asociación entre el trauma selectivo y la fibromialgia, y los autores señalan que «los datos actuales en la literatura son insuficientes para indicar si existe una relación causal entre FM y trauma» (Gardner, 2000). |
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Finalmente, la mayoría de las investigaciones señalan que los pacientes con FM tienen significativamente más problemas psicológicos que los grupos de control sanos e incluso que grupos con dolor crónico de etiología orgánica conocida (artritis reumatoide) (Yunus, Celiker y Aldag, 2004).
Otro planteamiento diferente es el que sitúa las aportaciones de la Psicología en la FM en un modelo de Psicología de la salud. Desde la Psicología de la salud, a diferencia de la visión más clásica de la Psicología clínica, no se separan los componentes de la enfermedad, distinguiendo entre factores médicos y físicos, y efectos colaterales de la enfermedad (p.e., ansiedad y depresión asociados) sino que se asumen modelos multicausales de salud-enfermedad y se valora la interacción de los mismos en un individuo complejo, desde la posición de agente de su salud y desde una perspectiva holística. Aunque de momento el campo de actuación se centra más en el proceso de enfermedad que en la promoción de la salud y prevención de la enfermedad, actualmente numerosos profesionales de distintas áreas de la Psicología dirigen la atención a estos aspectos. |
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Dentro de este contexto, tal vez una de las cuestiones cruciales sea el papel del estrés en la FM. La perspectiva de la diátesis-estrés sobre la salud y enfermedad (Banks y Kerns, 1996) puede acercarnos a la comprensión de estas cuestiones. Okifuji y Turk (1999) desarrollaron un modelo basado en esta perspectiva para explicar la fibromialgia. Estos autores consideran dicha patología como un trastorno de procesamiento de la información debido a una mala regulación del sistema de respuesta al estrés. | |||||||||||||||||||||||||||||||||||||||||
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Por otro lado, determinado tipo de variables de personalidad, como por ejemplo el locus de control, las expectativas de autoeficacia o la afectividad, han sido ampliamente estudiadas en el ámbito de la salud. Así, diferentes estudios ponen de manifiesto el papel positivo de la autoeficacia en el manejo del dolor y en el control de los síntomas asociados a la FM (Menzies, Taylor y Bourguignon, 2006; Culos-Reed y Brawley, 2003). La externalidad del locus de salud está a su vez relacionada con mayor intensidad de dolor, peor afrontamiento y mayores niveles de estrés en la fibromialgia y en otros tipos de dolor crónico (Martín-Aragón et al., 2001). Otras variables de personalidad que parecen influir en la FM son el apoyo social, el afrontamiento y la competencia percibida teniendo una estrecha relación con la salud (Rudnicki, 2001; Martín-Aragón et al., 2001).
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EL DOLOR Y LA ANSIEDAD SE RELACIONAN CON EL DETERIORO COGNITIVO EN PACIENTES CON SÍNDROME DE FIBROMIALGIA | ||||
Fuente: Infocop | | ||||
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Pacientes con síndrome de fibromialgia mostrando su umbral de dolor ante la presión (izquierda) y ejecutando un test neuropsicológico (derecha).
Los resultados del estudio evidencian que los pacientes con síndrome de fibromialgia desarrollan un nivel de rendimiento cognitivo significativamente inferior y un nivel de ansiedad significativamente superior que los sujetos sanos.
Además, los resultados demuestran que el rendimiento en los tests neuropsicológicos está asociado al dolor, y que esta relación es de un orden superior a la observada en otros estudios e independiente del nivel de ansiedad de las pacientes. En este sentido, la influencia del dolor en el rendimiento cognitivo es dependiente de la función cognitiva valorada, ya que el dolor afecta en mayor medida en las pruebas más complejas, donde se valoran tareas de orden superior (memoria de trabajo, comprensión, organización, etc.) y/o implican la velocidad de procesamiento de la información, siendo incapaces las pacientes con mayor o menor umbral de dolor de obtener un rendimiento óptimo. Sin embargo, en los tests más sencillos, las pacientes con menor dolor sí son capaces de obtener un mayor rendimiento.
Consecuentemente, según los datos publicados, el rendimiento cognitivo se ve afectado principalmente por el umbral de dolor, aunque la ansiedad también da respuesta a cuestiones en las que el dolor no puede influir en los tests neuropsicológicos. La influencia de la ansiedad en el rendimiento cognitivo es dependiente de la función cognitiva valorada, pero en este caso de forma inversa al dolor, es decir, el nivel de ansiedad determina el rendimiento cognitivo exclusivamente en los tests que valoran tareas cognitivas de orden superior. En este sentido, en base a los datos expuestos, probablemente la rápida respuesta que se requiere en los tests más simples no da tiempo a que las pacientes se muestren ansiosas. Sin embargo, las pruebas más complejas, que requieren un periodo de mantenimiento de la atención más elevado, posibilitan que la paciente tenga tiempo suficiente para percibir su incapacidad para realizar el test y, por tanto, para mostrarse cada vez más ansiosa.
EL DOLOR Y LA ANSIEDAD SE RELACIONAN CON EL DETERIORO COGNITIVO EN PACIENTES CON SÍNDROME DE FIBROMIALGIA | ||||
Fuente: Infocop | | ||||
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El TRATAMIENTO PSICOLÓGICO MÁS COMPLETO DEL DOLOR CRÓNICO |
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Fuente: Infocop | | ||||
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psicodermatología
Letellier (s.f) describe a los trastornos psicodermatológicos como una condición patológica que involucra una interacción entre la mente y la piel. produciendo comorbilidad psiquiátrica ya que un paciente con enfermedad crónica, con afectación de piel y/o el tipo de tratamiento requerido pueden provocar síntomas de desajuste emocional con la suficiente intensidad como para incidir en su calidad de vida., a su vez,la situación emocional influye a modo de retroalimentación sobre la evolución de la enfermedad o viceversa.
Enfermedades psicodermatológicas
Síndromes psiquiátricos con expresión dermatológica
- Patomimias
Se define como aquella patología dermatológica con lesiones provocadas por el propio paciente en estado consciente o bien disociativo. Los métodos empleados son tan variados que no hace falta mencionarlos. El paciente se enfrenta a varios estresores de la vida diaria que a menudo actúan como desencadenantes de esta patología, concretamente se han descrito entre el 19 y el 33% de los pacientes.
- Alopecia neuromecánica -tricotilomanía
Es un trastorno propio de la infancia, con predominio del sexo femenino (relación de 1 a 5). Es la única patología del grupo de las dermatosis impulsivas reconocida al DSM-IV y se caracteriza por el hábito de arrancarse el pelo. Normalmente se trata del cabello del cuero piloso pero también puede afectar las cejas, las pestañas y el vello del pubis. Son placas alopécicas con bordes irregulares, normalmente únicas, grandes y con pelos de diferentes medidas que se notan a la palapción suave. No está muy claro cuales son las condiciones específicas causantes de esta respuesta inadaptada a acontecimientos o situaciones que comportan presión. El pronóstico de este trastorno es favorable si sabemos reconducir junto con los padres y su entorno la conducta del niño.
- Dismorfofobias
El trastorno dismorfofóbico corporal consiste en la preocupación por un defecto físico imaginario . Es un trastorno frecuente en consultas de dermatología estética y a menudo puede representar más del 25% de estas visitas. La comorbididad más habitual es la depresión mayor. Con respecto a la evolución y el tratamiento son muy difíciles tanto por la cirugía plástica, como por el tratamiento dermatológico y/o psiquiátrico.
- Disestesia pseudoparasitaria
Es un trastorno en el que los pacientes tienen la creencia de estar infectados de parásitos cutáneos, pero las pruebas objetivas no confirman este pensamiento. No se dispone de datos fiables referentes a su incidencia. Es frecuente su asociación a varios trastornos físicos como diabetes, insuficiencia renal, hepatitis, déficit de vitamina B12, esclerosis múltiple o lepra. El síntoma principal es la sensación de tener bichos paseándose por la piel. El prurito es intenso y a menudo los pacientes desarrollan insomnio crónico.
Afecciones cutáneas con una elevada incidencia de factores psicoemocionales
- Excoriaciones
El paciente con excoriación se siente impulsado a rascar su piel de manera compulsiva y perpetuar un círculo «prurito-rascado». Su personalidad es característica: son perfeccionistas y pueden presentar comorbididatd psicopatológica con un trastorno obsesivo-compulsivo o bien un trastorno del impulso. Las lesiones se observan en zonas donde los pacientes pueden llegar con facilidad. La actividad acontece normalmente al atardecer o cuando el paciente está inadvertido. El fracaso por no poder controlar la actividad disminuye más su autoestima. Brocq el 1898 describió “l’acne excorieé de jeunes filles”, donde las jóvenes adolescentes arañan y manipulan las lesiones de acné. Es una forma muy frecuente en chicas con labilidad psicovegetativa. El prurito es intenso y la patología puede durar muchos años. El tratamiento sintomático resuelve finalmente el cuadro.
- Líquen símplex (neurodermatitis)
El diagnóstico clínico se basa en tres estructuras típicas: liquenificación a la parte central de la placa, pápulas de color rojo-gris alrededor e hiperpigmentación periférica en todo el entorno a la placa. La liquenificación es una respuesta especial como consecuencia de un rascado continuado en personas con prurito severo. Este rascado es una reacción conductual común al estrés. Es la patología dermatológica más relacionada con la ansiedad. Son pacientes con un perfil obsesivo-compulsivo que obtienen gratificación con el rascado. La cura oclusiva durante pocos días con corticoides de alta potencia resuelve muy favorablemente esta patología.
- Vulvodinias
La vulvodinia fue definida inicialmente como una molestia vulvar crónica, caracterizada por la sensación de ardor, dolor, punzadas y/o irritación. Actualmente el término vulvodinia es aplicado a aquellas pacientes que sufren dolor o ardor de forma crónica durante 3 meses como mínimo, y que no tienen ninguna lesión visible que explique estos síntomas. Se han observado dos tipos de vulvodinia: la Disestésica, que afecta a mujeres de edad adelantada y los síntomas se localizan en el introito vaginal extendiéndose, a veces, hacia los labios mayores y menores, y también hacia la zona anal; y la Vestibulitis Vulvar, que afecta a mujeres jóvenes y se caracteriza por la dispareunia, el aumento de la sensibilidad vulvar y envejecimiento de la zona. En la unidad de Psicodermatología hemos llevado a cabo un estudio con 160 pacientes diagnosticadas de vulvodinia, evaluando las características clínicas y los aspectos psicopatológicos asociados a esta enfermedad, así como la respuesta al tratamiento antidepresivo con resolución de sintomatología de más del 75% de las pacientes.
- Glosodinias
El paciente refiere sensación de ardor, inflamación, hormigueo a la legua y/o dificultad por tragar. Puede haber afectación de toda la mucosa jugal. Esta sintomatología puede aparecer después de una manipulación bucal con diferentes tipos de anestésicos y metales. Se debe considerar la alergia por contacto a estos diferentes metales. Aun así, debemos descartar una hiperglucemia, la enfermedad de Sjögren y el déficit de Vit B12 y de ácido fólico. Asimismo suele asociarse a trastornos psicológicos y psíquicos, siendo los más frecuentes la ansiedad, la depresión y la cancerofobia.
- Prurito psicógeno
Es fundamental que a todos los pacientes afectos de prurito les descartemos cualquier causa orgánica antes de poner la etiqueta de «psicógeno». También la biopsia puede ser útil, y aunque sea sugestiva de etiología no orgánica no se puede descartar esta premisa. De todos modos, todas las formas de prurito pueden ser modificadas por el estrés emocional. Es importante hidratar muy bien la piel e intentar no utilizar corticoides tópicos. Los antihistamínicos y los antidepresivos han sido los tratamientos utilizados tradicionalmente puesto que mejoran mucho la sintomatología.
Afecciones dermatológicas modificadas por el estrés y con posible rebrote psicosomático
Muchos de los trastornos dermatológicos pueden empeorar en contextos de estrés psicosocial. Además, los factores psiquiátricos también pueden incrementar el nivel de estrés que percibe el paciente. Debido al impacto que genera la afectación dermatológica sobre la calidad de vida del paciente, resulta importante tener en cuenta los factores psicosociales.
- Psoriasis
La psoriasis es una de las dermopatías más reactivas al estrés. La clasificación de la gravedad de esta patología correlaciona directamente con los niveles de depresión, estrés y ansiedad. El síntoma específico de la psoriasis que se relaciona de manera directa con la depresión es el prurito. La patología psicológica subyacente puede incrementar la morbilidad dermatológica de la psoriasis. Del mismo modo, hay características de personalidad que también pueden relacionarse con una aparición precoz de la psoriasis, y a la vez aumentar la reactividad ante el estrés.
Delante de estos datos, el Servicio de Dermatología y de Psiquiatría del Hospital del Mar, inició un proyecto de investigación para aprofundir en la influencia que tienen las variables psíquicas en la evolución de la psoriasis. Desde julio de 2005 y hasta la actualidad, hemos realizado un estudio con el objetivo de conocer el papel de los síntomas psicológicos (ansiedad, depresión y estrés) en los pacientes psoriáticos, así como también, para recoger el impacto que genera la enfermedad en la calidad de vida de los sujetos.
- Dermatitis seborreica
Generalmente, los brotes se desencadenan ante acontecimientos puntuales de la vida de los sujetos que son fuente de ansiedad o estrés (por ejemplo, antes de un examen final, en un divorcio, durante enfermedades de un familiar…).
- Dermatitis atópica
Las sustancias irritantes, el clima, la piel deshidratada, el sudor, las infecciones por estafilococo y el contacto con la lana son factores que, del mismo modo que el prurito, contribuyen a empeorar la dermatitis atópica. Se aceptan la influencia de las variables psicológicas en el incremento de la gravedad de este trastorno y en su cronicidad. El círculo vicioso prurito-rascado inquieta el niño y altera la familia, creando de esta manera conflictos relacionales. En referencia a la dermatitis atópica, el estrés también se ha asociado a su desarrollo en un 70% de los casos. El estrés vinculado a la enfermedad y a la familia y las relaciones interpersonales configuran importantes predictores de la gravedad de los síntomas.
- Alopecia areata
A pesar de la importancia etiológica de una predisposición genética y/o determinados factores autoinmunes asociados, no podemos olvidar el papel de las variables emocionales en el desarrollo de la alopecia areata. Actualmente es evidente la relación del estrés y la patología autoinmune. Por otra parte, en un estudio de pacientes con alopecia areata, en torno al 20% experimentaban más estrés antes del desarrollo y/o exacerbación de la enfermedad, aunque los resultados no fueron significativos. La incidencia de patologías psiquiátricas entre los pacientes de alopècia areata se sitúa entre el 33 y el 93%.
- Acné
Hay varios factores que favorecen la formación del acné. Los factores hormonales son decisivos en la aparición del acné pero la ansiedad y el enojo son factores destacables; aún así, a través del tratamiento contra el acneé se ha observado una mejora general del sido mental de los pacientes. El acné presenta más relevancia en los pacientes con trastorno dismórfico.
Se ha encontrado que los pacientes dermatológicos tienen una alta prevalencia de desórdenes psiquiátricos, con un 30% -40%,y cuyos procesos cutáneos tienen asociado un componente psicológico o psiquiátrico .Los pacientes generalmente experimentan exacerbación de las Enfermedades cutáneas cuando se estresan, estos presentan síntomas psiquiátricos en dermatología, cuando se origina una comorbilidad presentado como desórdenes psiquiátricos tales como la ansiedad mayor, depresión severa, abuso de sustancias o desórdenes dismórficos corporales. Las más comunes son la ansiedad y la depresión que pueden ser secundarias a Enfermedades crónicas como acné, eccema o psoriasis (Sambhi & Lepping, 2009).
Efecto emocional grave que puede aparecer en los pacientes dermatológicos: Dismorfofobia
La dismorfofobia es el nombre de lo que se conoce como trastorno dismórfico corporal –TDC-; encuadrado dentro de los trastornos somatomorfos, literalmente es la fobia o rechazo exagerado hacia una parte del propio cuerpo.
Este trastorno, también conocido como dismorfofobia, suele comenzar en la adolescencia y consiste en la preocupación obsesiva y por ende magnificada por una característica física interpretada como defecto físico, real o supuesta y/o que o indetectable o relativizada para los demás. Las preocupaciones más comunes suelen referirse a los ojos, nariz, pelo, orejas, piel, labios, arrugas, cicatrices, palidez o enrojecimiento, asimetría facial, vello excesivo… aunque también puede abarcar varias partes del cuerpo. Por ende, afecta a su autoconcepto.
Vitílogo
enfermedad de la piel, a la que no le afecta el estado psíquico, pero si influye en el bienestar emocional: Vitíligo
Análisis del autoconcepto del paciente con vitíligo que acude al servicio de Dermatología.
Por Minia Miramontes et als.
Resumen
Introducción: Las condiciones psiquiátricas en el paciente con vitíligo se asocian a una mala adherencia terapéutica. Desórdenes psicológicos son desencadenados por alteración de procesos intervinientes en la conciencia física y social, al no corresponderse con el ideal corporal y reconocimiento por parte de los demás.
Objetivos: Analizar el autoconcepto físico y social en sujetos con vitíligo en relación al grupo control.
Material y métodos: Estudio transversal cualitativo-descriptivo y relacional en 80 sujetos, 40 con vitíligo-40 grupo control, entre 18-75 años, con prevalencia de formación universitaria. Recogida de datos: entrevista demográfica y cuestionarios AF5 (autoconcepto) DAS (personalidad)) CDR-L (dismorfofobia en pacientes con leucoderma). Estadístico ANOVA para relaciones y SQL para coincidencias.
Resultados: El paciente con vitíligo presenta los autoconceptos físico (p=0.08 <0.05), social (p=.045), familiar (p=.046) alterados sin relación con edad ni lugar de la mancha. En relación al exogrupo tienen peor auto-imagen (p= .000), sin diferenciarse emocionalmente. Por género, las mujeres con vitíligo tienen peor autoconcepto físico y social y los hombres peor implicación familiar y conducta prosocial. Un 95% presenta rasgos dismórficos (p=0.00). El 5% tiene un trastorno dismórfico corporal.
Conclusiones: El vitíligo distorsiona y menoscaba la autovaloración física y afecta a competencias de interrelación y noción de ser social. No encontramos diferencias con la población general en estabilidad, equilibrio e implicación en la vida cotidiana, lo que puede deberse a las características de la muestra de ser sujetos motivados en la búsqueda de soluciones médicas a sus problemas de piel.
Palabras clave: Vitíligo; Autoconcepto; Dismorfofobia.
Analysis of the self-concept in vitiligo patients who attends the dermatology service.
Abstract
Introduction: The psychiatric conditions in the patient with vitiligo are associated with poor therapeutic adherence. Psychological disorders are triggered by the alteration of the processes involved in the physical and social consciousness as it does not correspond to the body ideal and the recognition expected by others.
Objective: To check how physical and social self-concept is presented in subjects with vitiligo in relation to the control group.
Material and methods: Qualitative-descriptive and relational cross-sectional study in 80 subjects, 40 with vitiligo-40 without dermatosis, between 18-75 years, 48.8% men vs 51.3% women, prevalent in graduate education. Data collection: demographic interview and questionnaires AF5 (self-concept) DAS (personality)) CDR-L (dysmorphophobia in a patient with leucoderma). Statistical ANOVA for relations and SQL for coincidences.
Results: Vitiligo patients presents physical (p=0.08 <0.05), social (p=.045), and family (p=.046) self-concept altered, without relation to the age or place of the stain. In relation to the external group they have worse self-image (p = .000). There is no emotional difference between groups. By gender, women with vitiligo have worse physical and social self-concept and men have worse family involvement and prosocial behavior. 95% has dysmorphic features (p = 0.00). 5% has Body Dysmorphic Disorder criteria.
Conclusions: Vitiligo distorts and impairs the correct physical self-assessment and affects skills of interrelation and notion as social being. No differences were found when compared with the control group for stability, balance and involvement in daily life may be due to the characteristics of the sample; this may be due to the sample characteristics constituted by motivated subjects to the search of medical solutions to their skin problems.
Keywords: Vitiligo; Self-concept; Dysmorphhophobia.
Análisis del autoconcepto físico y social del paciente con vitíligo que acude al servicio de Dermatología
Introducción: El autoconcepto es un constructo relevante de la personalidad, de definición imprecisa, destaca su papel en la autoimagen, interrelación social y el ajuste emocional del individuo; de carácter dimensional y dinámico se desarrolla a través de procesos psicológicos básicos de percepción, memoria y posterior construcción de la autoconciencia social lo largo de la existencia con variaciones constantes dependientes de estímulos biopsicosociales.
La presencia de una afectación de la piel como el vitíligo, puede alterarlo y provocar respuestas que van desde la insatisfacción momentánea con la autoimagen corporal hasta una disfunción cognitiva sistemática de la propia apariencia física condicionando e interfiriendo en la calidad de vida del sujeto.
Desde de la psicología aplicada, es conocido el predominio de las condiciones psiquiátricas y psicológicas en el paciente dermatológico, especialmente con lesiones en zonas de piel expuestas. Este tipo de desórdenes psiquiátricos desencadenados por la imagen social, provienen de la alteración de los mecanismos neurobiológicos de los procesos mentales –cognitivos- que intervienen en la cognición social (autoconciencia, empatía, intencionalidad, imitación, etc.) (Easton y Emery 2005).
Autores como Jeannerod (2002-6) relacionan la existencia de regiones cerebrales visuales especializadas para percibir caras y cuerpos, por la importancia en la conducta humana la distinción del otro, con el reconocimiento y entendimiento de nosotros mismos y de los demás. La expresión facial es clave en la interacción social. Susskind et al (2008) concluyen que las expresiones faciales funcionan como señales moduladoras de emociones, alterando la predisposición del individuo para la percibir, comprender e interacción con el mundo
Los modelos explicativos subrayan la importancia del autoconcepto en la aparición de las disfunciones emocionales. Un estudio sobre síndromes psiquiátricos en dermatología, encuentra que la autoestima de una persona que presenta dermatosis crónica se deteriora de forma intensa, influyendo factores como el temor a infecciones, repulsión, la manifestación en jóvenes y mediana edad, sexo, y estratos socio-culturales; llegando a interferir en la interacción social y/o el contacto físico cuando se altera la estabilidad de la imagen corporal, y puede determinar trastornos fóbicos de evitación de la conducta social.
El cognitivismo encuentra que los mecanismos provocados por reglas inapropiadas de dependencia a objetivos irreales o rígidos constituyen una predisposición a la disfunción, por la vulnerabilidad que provocan en la autovaloración. Estas reglas suelen referirse a una excesiva necesidad de aprobación del otro, exagerada búsqueda de logros o rendimientos para valorarse a uno mismo positivamente, que se corresponden con el rasgo de perfeccionismo de la personalidad. (Blatt et al, 1998).
En este estudio analizamos cómo influye la presencia del leucoderma en la alteración de los procesos cognitivos de percepción personal y social; diseñamos una metáfora conceptual como argumentación teórica, similar a la propuesta por Niedenthal, et al (2009) que estudian expresiones emocionales en relación al correlato físico –embodiment. Para ello, equiparamos la experiencia emocional de la mácula con la emoción básica de rechazo inducida por la influencia del feedback facial en la cognición del individuo con leucoderma al observarse y ser observado, ya que en su dimensión descriptiva se establecimos una similitud con el autoconcepto físico y social.
En la práctica clínica dermatológica se encuentra que entre un 30%-40% de los usuarios tienen desórdenes psiquiátricos. Si bien, los pacientes generalmente experimentan exacerbación de las Enfermedades cutáneas cuando presentan síntomas psiquiátricos (Sambhi, Lepping, 2009), en el caso de vitíligo, el trastorno psiquiátrico es secundario y es la propia enfermedad dermatológica la que desencadena la repercusión psicológica en 3 de cada 4 afectados por la alteración estética de la piel provocándoles dificultades en relaciones sociales y ansiedad por la incertidumbre sobre la evolución y tratamiento del leucoderma.
En un grado severo, el efecto negativo emocional puede derivar en un sesgo atencional por la focalización de la atención en las zonas de la piel afectadas que favorece la aparición de la dismorfofobia.
La dismorfofobia consiste en una preocupación persistente, sobrevalorada y magnificada por una característica física interpretada como defecto físico, real o supuesto, y/o indetectable o relativizado para los demás, conllevando conductas repetitivas centradas en el defecto auto- percibido que condiciona el normal desarrollo de las actividades de la vida diaria diagnosticado como Trastorno Dismórfico Corporal -300.7 (F45.22)- (DSM-V)- calificado dentro de los trastornos obsesivo-compulsivos.
La presencia de esta psicopatología ocasiona en los casos más graves problemas serios de socialización, sobre todo laborales y en algunos casos pueden llegar al suicidio (Misticone, 2010).
El objetivo de este estudio es analizar cómo se presenta el autoconcepto en los sujetos con vitíligo en relación a la población general. Para dar respuesta a la incógnita, cómo objetivos específicos buscamos la manifestación del autoconcepto en el grupo con la dermatosis, su relación con la edad, lugar donde se presenta la mácula, la prevalencia del perfeccionismo y su afectación en el autoconcepto. Seguidamente analizamos la influencia del leucoderma en el autoconcepto en a un grupo control; su relación con el género y dismorfofobia.
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Material y Métodos
Estudio de diseño transversal cualitativo-descriptivo y relacional no experimental en 80 sujetos (40 pacientes con vitíligo versus 40 control) entre 18-75 años. La población con dermatosis fue captada del Instituto Dermatológico y Cirugía de la Piel Dr. Huberto Bogaert Diaz, sito en Sto. Domingo. El grupo control es tomado aleatoriamente de la población general con los criterios de inclusión de personas que no sufran de ningún trastorno dermatológico.
Sin diferencias significativas por sexo (masculino 48,8% vs femenino 51,3%), prevalencia de estudios universitarios. La frecuencia del estado civil fue de soltero/divorciado.
La recolección de datos se realiza a través de un cuestionario demográfico que incluye los datos personales y el consentimiento informado de los sujetos seguido de la aplicación de las pruebas siguientes:
Escala de Actitudes Disfuncionales (DAS) de Weisman y Beck. Evalúa las distorsiones cognitivas. (consistencia interna entre .79/.92 en la versión española de 40 ítems). Mide 6 valores bifactorialmente. Tomamos para nuestros intereses los ítems referidos al factor perfeccionismo-logro.
Cuestionario de Autoconcepto Forma 5 (AF-5). Compuesto por 30 elementos que evalúan el autoconcepto pentafactorialmente. Las cinco dimensiones obtenidas informan sobre el autoconcepto social, académico-profesional, emocional, familiar y físico. Las puntuaciones miden el estado autoperceptivo en los factores descritos en un momento determinado con respecto a claves para el correcto desarrollo y bienestar en adolescentes y adultos [(García, Musitu. 1995) (Malo et al, 2011)] .
Cuestionario de Rasgos Dismórficos en el Leucoderma (CRD-L). Traducido para este estudio del Dysmorphic Concern Questionnaire (DCQ) con 25 preguntas sobre la autopercepción del sujeto con vitíligo y alta validez discriminativa (Sensibilidad y especificidad -Valor corte de ≧ 14-. Clasificación correcta en el 84,6% de pacientes). El cuestionario incluye la encuesta sobre localización de máculas. Correlaciona positivamente con la escala de dismorfofobia The Body Dysmorphic Disorder Examination (BDDE) de Rosen y Reiter (1996)20 en la que se basa. Tiene como objetivo evaluar la imagen corporal y el trastorno dismórfico corporal en el paciente dermatológico.
Análisis estadístico ANOVA, para comparar varios grupos y variables, a través del instrumento IBM SPSS STATISTICS y SQL para el análisis de coincidencias.
Resultados
En respuesta al objetivo general analizamos la afectación del vitíligo en la autopercepción a través de las 5 dimensiones del cuestionario del autoconcepto AF5 y encontramos que las dimensiones afectadas en los pacientes con mácula son el factor físico (p=0.08 <0.05), la más significativa, seguido por el social (p=.045 <0.05) y familiar (p=.046 <0.05) en este orden. Los pacientes con vitíligo presentan mal autoconcepto físico, social y familiar.
Aunque no observamos relación con edad, la argumentación teórica encuentra que los grupos con dermatosis más afectados están entre las edades jóvenes y en la edad media, grupos etarios más prevalentes en nuestra muestra. Tampoco el autoconcepto es determinado por la localización de la mácula (focal, segmentario, generalizado, acrofacial o universal). La edad y el lugar de la mancha, sin ser significativo, son los determinantes que más afectan al autoconcepto académico/ laboral.
Los estudios en autoconcepto del paciente con vitíligo exponen las dificultades del colectivo en relación a su apariencia, aspecto emocional e interrelación social que influyen en su compromiso vital general, con evitaciones que llegan a interferir en su nivel académico y laboral.
Con respecto a la dimensión emocional no se observan diferencias entre grupos. Los análisis en poblaciones normativas realizados con la prueba AF5, encontraron que la dimensión familiar presenta la mejor situación, seguida por la social, aunque en esta se observe un ligero descenso medida que aumenta la edad, prosigue la dimensión física y los niveles peor exhibidos están en las dimensiones académico/laboral y emocional.
En nuestro estudio, el análisis comparativo entre el grupo dermatológico y el control determinó que la dimensión aspecto físico se presenta peor en el grupo afecto del leucoderma, muy significativamente (p= .000 <0.05) como era lo esperado y coincidiendo con los datos arrojados. Este factor hace referencia a la autopercepción que tiene la persona de su aspecto y condición física y relaciona positivamente con la percepción de salud, el bienestar y la motivación de logro. Ayela (2009) encuentra que los pacientes con Enfermedades de piel obtienen puntuaciones significativamente más bajas en autoestima en su relación con la calidad de vida y otras variables sociodemográficas. Observamos que la dimensión emocional es la que correlaciona menos significativamente (p=.460), este factor hace referencia al control de las situaciones, emociones y, adecuación a los compromisos vitales. El paciente con vitíligo con respecto al exogrupo no se diferencia ante el ajuste emocional necesario para el desempeño e implicación en la vida cotidiana.
De la relación entregrupos por sexo, hallamos que el autoconcepto físico es el más afectado en mujeres con vitíligo (p=.001, <0.05) seguido del social o autopercepción de su desempeño en la interrelación social (p=.019, <0.05) con respecto a la población femenina sin dermatosis. En la población masculina con dermatosis aparece la dimensión familiar -percepción del sujeto de su implicación, participación e integración en el medio familia y conducta prosocial22-, como el factor que presenta la diferencia significativa con respecto a sus congéneres del grupo control (nivel de sig.0.35 <0.05). Le sigue, no significativamente el autoconcepto físico (p=0.76)..
Hallamos un 37.5% del rasgo perfeccionismo en el grupo con vitíligo (Escala DAS) que determina al autoconcepto en la dimensión social (p= 0.042 sig. < 0.05). Este determinante significa para el sujeto que lo presenta una autoestima dependiente del apoyo de los otro. Por lo que bienestar y autopercepción dependen del contexto externo, necesitando agradar a los demás (Sanz y Vázquez, 1993).
Phillips y Hollander (2008) investigaron la presencia de la dismorfofobia y el área corporal que provoca más preocupación en los afectados y encontraron que la piel lo era en un 73% .
Buscamos la presencia de rasgos dismórficos (CRD-L) y encontramos una prevalencia del 95% de al menos dos factores de rasgos dismórficos en el grupo vitíligo (casi siempre-siempre) vs el 2,5% del grupo control (Valor Chi-Cuadrada 68.493ª, p=0.00 sig.=.0 <0.05).
Según Phillips et al (1995-8) el bajo autoconcepto crónico es característico en personas con dismorfofobia y una autopercepción de su valor estrechamente vinculado con la imagen corporal; con un cuadro de ansiedad social donde subyace el perfeccionismo y, entre otras, evitan las actividades sociales y ocupacionales. Muchos presentan actos compulsivos que provoca disfuncionalidad vital, requiriendo intervención psiquiátrica.
La presencia de dismorfofobia repercute en la dimensión física significativamente (p=.000 0 <0.05) seguido, aunque no significativo de los autoconceptos social (p= 0.68 sig<0.05) y académico-laboral (p=0.92 sig <0.05).
Los criterios diagnósticos para el trastorno dismórfico corporal (DSM V) precisan que además del deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo una respuesta adecuada a los requerimientos vitales. Sin embargo, el autoconcepto emocional – Capacidad de control de las situaciones y emociones-, no se encuentra afectado (el que menos).
Según Yaryura-Tobias (2001) alrededor del 76% de las personas con percepción distorsionada de la propia imagen experimentarán un trastorno dismórfico corporal.
Para dar respuesta al trastorno dismórfico corporal buscamos la relación entre los sujetos que presentan perfeccionismo y tres o más factores dismorfofóbicos (respuestas=casi siempre/siempre en la escala Likert del CRD-L) y hallamos 6 sujetos (15%) con ambos determinantes, 5 mujeres y 1 hombre, edad media 23 años. Buscamos la distribución de los resultados del autoconcepto en los sujetos y no se da una distribución lineal.. Del análisis de coincidencias SQL encontramos un sujeto que cumple con las 5 dimensiones; uno coincide en 4 (menos familiar); uno con 3 (socialización, física y ac/lab.); dos con 2 (socialización y física) y un sujeto que no presenta ninguna coincidencia. Por lo que dos sujetos (el 5%) muestran los determinantes del trastorno dismórfico corporal según la argumentación teórica.
Discusión
El autoconcepto como constructo multidimensional requiere de las autopercepciones del individuo basadas en sus experiencias con los demás, las atribuciones de su conducta como ser físico y social unido a la consciencia de identidad y capacidades idiosincráticas.
Entre la población con vitíligo aparecen alteradas tres dimensiones que conforman al autoconcepto, la más significativa la autopercepción física; esta dimensión abarca la concepción sobre el atractivo físico percibido, determinantes tipo autocuidado personal con su relación a correcta adherencia terapéutica. Le sigue en importancia la alteración de la conciencia social, implicando desajustes en la interrelación con los demás y, por último el autoconcepto familiar (en hombres) que se refiere a la sensación de ajuste al medio familiar y el adecuado ajuste prosocial, o de cooperación positiva con los otros. Encontramos que el lugar de la presencia de las máculas no determinan las alteraciones encontradas
En relación a la población no dermatológica, los pacientes con leucoderma muestran una peor noción de la imagen, de forma muy reveladora. La dimensión emocional aparece como semejante, este resultado no esperado se puede explicar por las características socio-culturales y económicas de la población con vitíligo estudiada, que pertenece al colectivo con acceso a la atención médica dermatológica especializada de la República Dominicana. Por lo que cabe un estudio donde se incluyan todos los estratos sociales. Por otro lado el hecho de acudir a cuidados médicos para el control de su leucoderma implica una actitud de motivación positiva, esta actitud corresponde a sujetos con una buena respuesta ante los requerimientos vitales, informando esta conducta de un control interno deseable y reforzado por un deseo de dar buena imagen, equilibrando con sus acciones la mejora de su aspecto para corresponder el yo-ideal con el yo-real en relación a la piel, con el resultado final de una mejor autoeficacia ante el tratamiento.
Sobre la dimensión académico-laboral se observó por los investigadores, que sin ser significativa estadísticamente las mujeres jóvenes universitarias con leucoderma si mostraban peor adaptación al ámbito académico si sus máculas estaban expuestas.
El perfeccionismo como rasgo de personalidad tipo obsesivo implica que el sujeto para alcanzar sus objetivos sacrifiquen actividades sociales y familiares. La presencia de este rasgo en el paciente afecta al autoconcepto social.
El 95% de sujetos con máculas tienen rasgos dismórficos sin alterar su ajuste vital, excepto en un 5% cuando conjugan el perfeccionismo con tres o más factores dismórficos y un autoconcepto emocional alterado, además del físico y social, que requirirían atención psiquiátrica.
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